La dieta planetaria ha llamado la atención no sólo por sus beneficios para quien la sigue, sino por lo que también representa para el entorno.
Por un lado, las dietas más saludables se asocian con la disminución en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI); a la vez que resulta fundamental brindar protección del planeta a partir de sistemas alimentarios sostenibles.
El origen de la dieta planetaria
Inicialmente, las dietas sostenibles fueron definidas en el año 1986 por los autores Gussow y Clancy, como “opciones de alimentos que respaldan la vida y la salud dentro de los límites del sistema natural en el futuro previsible”.
En el año 2010, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y Biodiversity International, definieron a las dietas sostenibles como:
Aquellas de bajo impacto ambiental que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y en una vida sana para las generaciones presentes y futuras.
Las dietas sostenibles protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles, son nutricionalmente adecuadas, seguras y saludables, y optimizan los recursos naturales y humanos.
Con estas definiciones como antecedentes, actualmente se habla de la dieta de salud planetaria a través de la cual se busca adoptar dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles para proteger al planeta a la vez que permite mejorar la salud de miles de millones de personas a nivel global.
Avances sustentados en la ciencia
Una investigación realizada en 16 países cuyos resultados corresponden a un Consenso Científico de la EAT-Lancet Commission on Food, Planet, Health, reunió a profesionales de disciplinas relacionadas (como agricultura, salud pública y políticas de sostenibilidad ambiental).
Los resultados reflejaron que resulta fundamental y es prioritario avanzar hacia un modelo de alimentación saludable y a la vez, sustentable.
El consenso indica que un modelo de dieta planetaria es una propuesta de alimentación sostenible cuya finalidad es combatir los efectos nocivos de la contaminación y del cambio climático:
- Calentamiento global
- Extinción de especies
- Entre otras consecuencias demostradas
¿Como lograr una dieta planetaria?
Para avanzar hasta este modelo el consenso establece, como regla general, que el consumo de alimentos como frutas, vegetales, frutos secos, semillas y legumbres deberá duplicarse. También se recomienda que el consumo de alimentos como la carne roja y el azúcar, deberán reducirse más del 50%.
Debemos preguntarnos desde la industria alimentaria si los consumidores estarían dispuestos a una propuesta de dieta planetaria.
Los estudios que investigan el impacto ecológico de los hábitos alimentarios, realizados con la finalidad de conocer la postura u opinión acerca de los efectos ambientales de los hábitos o costumbres alimentarias, arrojan resultados prometedores.
Cifras que apoyan este tipo de alimentación
Algunos de los datos que han despertado mayor interés en torno a la dieta planetaria son:
- El 80% de los consumidores consideran que tanto la compra como el consumo de sus alimentos tiene un impacto ambiental.
- El 75% de los consumidores estima que adoptar hábitos alimentarios saludables tiene un menor impacto en el medioambiente, en comparación con aquellos hábitos alimentarios no saludables.
- Los consumidores valoran mucho y otorgan una calificación de “muy importante” a aquellas empresas que le brindan información y conocimiento relacionado con una alimentación saludable y sostenible. De hecho, un 80% de los consumidores reconoce que tener el conocimiento del impacto ambiental de los alimentos sería una excelente herramienta como contribución a su reducción.
Aunado a lo anterior, la evidencia del avance en los patrones dietéticos de la población mundial muestra una tendencia hacia un preocupante desequilibrio notorio en enfermedades crónicas no transmisibles, como:
- Obesidad
- Diabetes
- Hipertensión arterial
Todas ellas están relacionadas con la alimentación, por lo que evidencian la necesidad de avanzar hacia patrones más saludables.
La salud como principal agente de cambio
Este contexto de malnutrición posiciona a la industria alimentaria como uno de los actores con margen de acción. Por ejemplo, a través de indagar en estudios de consumo que le permitan conocer la predisposición a incorporar cambios de la dieta por motivos medioambientales.
De esta manera se podrían identificar las barreras existentes hacia el cambio de paradigma y, en consecuencia, diseñar estrategias para revertir la situación.
Los consumidores manifiestan la necesidad de conocer el impacto ambiental de los alimentos que conforman su alimentación diaria, lo cual es una ventana de oportunidad tanto para el desarrollo de opciones saludables y sostenibles, como para la comunicación de los mismos a dichos consumidores que ahora solicitan esta información.
Ya que los consumidores han demostrado sus preocupaciones medioambientales asociadas con elecciones y prácticas alimentarias, ¿qué los motiva a inclinarse por estas opciones? Estos son algunos de los factores principales:
- Consumo respetuoso con el medioambiente
- Alta motivación hacia el desperdicio alimentario
- Alta motivación al consumo de alimentos elaborados en su propio país
- Preferencia por el consumo de alimentos producidos con respeto a los derechos de los animales
El crecimiento de la popularidad entre alimentos que priorizan la protección al medioambiente, así como el concepto del desarrollo sostenible representan una tendencia.