Uno de los grandes placeres es comer. Lo ideal es que los alimentos sean nutritivos, de producción sustentable y ricos al paladar. Una dieta saludable y sustentable, debe considerar las implicaciones ambientales y sociales, y cumplir con ciertas características en la producción de alimentos, tal es el caso de los insectos:
- Uso racional de los recursos naturales (agua, energía, espacio).
- Disminución de residuos.
- Libre de químicos y pesticidas.
- Privilegiar el comercio justo, el consumo local y disminuir la huella ambiental asociada al transporte.
Los consumidores somos cada vez más conscientes de la importancia de una buena alimentación. La pandemia por el Covid-19 ha alertado a más consumidores para buscar alimentos naturales, de bajo impacto ambiental y con beneficios a la salud.
De acuerdo con la Organización de la Naciones Unidas (ONU) para el 2050 se espera que seamos más de 9000 millones de personas y que la producción de alimentos deberá aumentar en un 70%. Satisfacer esta demanda, de acuerdo con la capacidad del planeta Tierra, es casi imposible, por lo que se deben buscar fuentes alternativas de proteína y nutrientes.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2013, propone la producción sustentable de insectos comestibles, como una solución para satisfacer las demandas de alimentos ricos en proteínas y nutrientes.
Existen más de 2 millones de personas en el mundo que se alimentan con insectos y más de 2 mil especies de insectos comestibles. Por miles de años, los insectos comestibles han sido recolectados del campo, para el deleite de algunos y para la subsistencia de muchos otros. Sin embargo, para satisfacer las demandas del futuro, la recolección tiene un impacto negativo al ambiente y es insostenible.
Producción sustentable de insectos comestibles
A partir del 2013 con el llamado de la FAO, inició una nueva industria para la producción sustentable de insectos comestibles, liderada por la Unión Europea (UE). También se está desarrollando en países como México, Estados Unidos, Canadá, Australia y algunos países de América Latina.
El objetivo de esta industria es generar productos seguros para consumo humano y para la alimentación animal. Basada en los principios de la economía circular y prácticas de agricultura vertical, el cultivo de insectos se encuentra entre los sistemas de producción de proteínas más eficientes.
Las granjas de insectos tienen una huella ambiental reducida y son altamente eficientes en el uso del agua y uso de la tierra. Los insectos son muy eficientes en la tasa de conversión de alimentos, lo que significa que requieren menos alimento para producir la misma cantidad de proteína.
Por cada kilo de insecto, se requieren de 2 a 2.2 kilos de alimento, comparado con 2.5 kilos para pollos, 5 kilos para cerdos y 10 para res. Además, la porción comestible es del 80 al 100% del insecto, comparado con 40% que puede consumirse de la res.
En febrero de 2021 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), aprobó a las larvas del escarabajo Tenebrio molitor, mejor conocido como el gusano de la harina, para consumo humano, debido a sus beneficios para la salud humana y el ambiente. Es el primer insecto aprobado.
¿Por qué los insectos comestibles son un alimento saludable?
Para que una dieta sea saludable tiene que ser diversa. Los insectos:
- Tienen un alto contenido en proteínas con los 9 aminoácidos esenciales, lo que los convierte en un gran complemento en dietas con consumo reducido de carne y lácteos.
- Contienen importantes cantidades de minerales, ácidos grasos como omegas 3 y 6, prebióticos y vitaminas
- Son mucho más que una alternativa a la carne.
Los insectos comestibles pueden ser deshidratados y procesados en forma de harinas para su aprovechamiento en la industria alimentaria. Gracias a sus características, se pueden incorporar a diversos productos de consumo cotidiano como pan, pastas, barras energéticas, botanas, bebidas, postres, entre otros, mejorando sus características nutricionales y contenido proteico.
Pueden ser el eslabón que cierra el ciclo de la producción de alimentos, dejando atrás la producción lineal. En la producción de insectos, los residuos (excretas) se recolectan y aprovechan como abono que mejora el rendimiento de las cosechas y la fertilidad del suelo.
Eso permite dejar atrás las malas prácticas de uso excesivo de fertilizantes químicos e impulsar la agricultura más orgánica y la regeneración del suelo. Además del abono, otros subproductos de los insectos como la quitina, también se utilizan en otras industrias, por lo que no hay desperdicio.
¿Cómo se alinea la producción de insectos comestibles a los objetivos de la ONU?
La industria de los insectos comestibles puede contribuir a lograr de manera directa siete de los 17 objetivos de desarrollo sustentable, que son de vital importancia para la humanidad y el planeta para el 2030. Asimismo, también contribuye con siete de los objetivos de manera indirecta:
- Objetivo 2. Hambre cero, seguridad alimentaria, mejor nutrición, y agricultura sostenible. Los insectos producen más proteína, con menos espacio y menos recursos naturales. Generan un abono para la agricultura.
- Objetivo 3. Salud y bienestar. Los insectos apoyan una dieta más saludable con proteínas y nutrientes de alta biodisponibilidad y de origen natural.
- Objetivo 6. Agua limpia. La producción de insectos utiliza mínimas cantidades de agua. El uso del abono de insectos, evita la contaminación del agua con agroquímicos.
- Objetivo 8. Crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible. El desarrollo de la industria de los insectos y el desarrollo de nuevos productos está generando más empleos y desarrollo económico.
- Objetivo 9. Industria, innovación e infraestructura. La industria es nueva y todo los que viene es innovación para el desarrollo, producción, procesamiento y mercado.
- Objetivo 12. Producción y consumo sustentables. La producción de insectos es sustentable y acompañado de una buena estrategia de comunicación deberá promover el consumo sustentable.
- Objetivo 15. Sostenibilidad de los ecosistemas terrestres. La producción de insectos en granjas verticales puede contribuir a mitigar la pérdida de biodiversidad. Por otra parte, los insectos pueden aprovecharse como alimento para animales de consumo humano y así disminuir el impacto ambiental de las grandes plantaciones de soya o maíz para consumo animal, que inciden en la pérdida de biodiversidad y erosión del suelo.
Se requiere trabajar en concientizar acerca de los beneficios de los insectos para la salud humana y el ambiente, con el fin de contribuir al desarrollo de novedosas estrategias, nuevos productos y mercados que generen desarrollo económico e integración social.
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