La presencia de roedores, insectos y otras especies de animales son un riesgo de inocuidad alimentaria, pues pueden contaminar al estar en contacto con los comestibles que se manipulan, elaboran, sirven, transportan y almacenan. De aquí la importancia de la eliminación de plagas.
Las plagas tienen la capacidad de trasmitir al menos 35 enfermedades a los humanos, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en establecimientos públicos, ya que actúan como vectores de microorganismos patógenos.
Asimismo, pueden impactar al negocio de varias formas:
- Pérdida de productos y tiempo de producción.
- Reducciones en los puntajes de auditorías.
- Reputación de la marca.
Un comentario negativo en redes sociales sobre un establecimiento turístico o de alimentos que incluya una foto de un roedor u otra plaga puede viralizarse 2 a 3 veces más rápido, potencialmente afectando la atracción de clientes y ventas.
Por otro lado, cuidar la inocuidad de los espacios y tránsitos de los alimentos es factor importante para reducir el desperdicio de alimentos. Actualmente, el hambre es una de las problemáticas con mayor relevancia en el mundo.
Si bien se producen alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de toda la población mundial, se desperdicia un tercio de los alimentos cada año, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lo que equivale a mil 300 millones de toneladas menos.
Problemas sanitarios a causa de las plagas
Las mermas, resultado de presencia de plagas, enfermedades, contingencias climatológicas o malas prácticas, impactan a los productores y a la economía.
En América Latina y el Caribe se pierden o desperdician hasta 127 millones de toneladas de alimentos al año. Esto supondría 348,000 toneladas de comida desaprovechada cada día o, bien, equivalente a casi 10 veces la Central de Abasto de la Ciudad de México.
Se estima que cada año enferman en el mundo 600 millones de personas por ingerir alimentos contaminados y que 420,000 mueren por esta misma causa, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las enfermedades transmitidas por los alimentos (ETAs) son generalmente de carácter infeccioso o tóxico, mismas que son causadas por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas que penetran en el organismo a través del agua o los alimentos contaminados.
Algunos ejemplos de plagas y su impacto a la salud son:
- Las heces y la orina de roedores transmiten diferentes patógenos.
- La descamación cutánea de los insectos puede desencadenar alergias respiratorias graves y asma.
- Las cucarachas pueden provocar reacciones alérgicas y contaminar con salmonella las superficies por las que se mueven.
- Las polillas que se encuentran en frutos secos pueden causar enfermedades de la piel.
Las ETAs pueden afectar a la economía y productividad. De acuerdo con el informe más reciente del Banco Mundial:
- El costo de la pérdida total de productividad asociada con ese tipo de enfermedades en los países de ingresos bajos y medianos, se estima en US$95,200 millones anuales.
- El costo anual del tratamiento de estas enfermedades se calcula en alrededor de US$15,000 millones.
Programas preventivos para la eliminación de plagas
Para evitar el daño en la imagen corporativa a causa de plagas:
- Minoristas de víveres y las grandes cadenas de autoservicio, deben emprender acciones prácticas que garanticen la inocuidad de los consumibles que almacenan y comercializan.
- Las mayores amenazas vienen de los roedores, las cucarachas y las moscas, pero un gran número de plagas pueden verse atraídas por el calor y por la presencia de comida a su alcance.
- Las plagas de alimentos almacenados generalmente afectan a las instalaciones de procesamiento y venta de alimentos donde los ingredientes y los procesos pueden crear las condiciones ideales para estas plagas.
La eliminación de estas plagas podría ser costosa en términos de tratamiento requerido y tiempo inactivo de producción. Sin embargo, con la implementación de un programa de Manejo Integrado de Plagas (MIP) es fácil enfrentar la causa principal con un enfoque científico.
Es necesario también contar con las herramientas necesarias para la prevención y la protección que se requiere para reducir los riesgos relacionados con las plagas en los supermercados.
Un programa de MIP implementado a partir de las necesidades de cada negocio y entorno, será un blindaje para la marca en cuanto a reputación e imagen, además de asegurar la inocuidad alimentaria, sin sacrificar la calidad de los consumibles.
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