Quizás haya pocas industrias tan tradicionales como lo es la agricultura. Al tratarse de un sector en el que los conocimientos se transmiten de generación en generación, de abuelos a padres y después a los hijos, se piensa que suele quedar en ello poco espacio para el cambio y la innovación.
Ahí es donde entra el rol de los agrónomos, una profesión que ha sido y es vital para la profesionalización de la agricultura.
Se estima que al tercer trimestre de 2023 había 26 mil 800 personas dedicadas a esta profesión en México, una fuerza laboral importante para transformar el campo y la producción de alimentos en nuestro país.
Hoy, manejar la tecnología en el campo, ya no es suficiente. Necesitamos agrónomos cada vez más avanzados, que consideren los principios de innovación, sostenibilidad y eficiencia en el uso de los recursos naturales, como algo indispensable para la toma de decisiones.
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Cómo operan los agrónomos digitales
Sin embargo, manejar la tecnología en el campo ya no es suficiente. Lo de hoy es el nuevo agrónomo, uno capaz de utilizar más herramientas tecnológicas y tener conversaciones y propuestas más amplias; uno más hábil en el espacio digital que utiliza plataformas avanzadas para poder atender los retos de la producción de alimentos, es decir, estamos en la era de los llamados agrónomos digitales.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones de México (IFT) ya ha mencionado que la agricultura en el país atraviesa una evolución considerable. De hecho, indica que estamos en la agricultura 5.0, aquella que implementa el uso masivo de los datos y de las comunicaciones. Destacan también la autonomía de muchos dispositivos, particularmente, la inteligencia artificial.
Hacia ese objetivo tenemos que apuntar, y los agrónomos juegan un rol clave en esa misión. Los nuevos perfiles de profesionales de la agroindustria estarán cada vez más asociados con habilidades digitales. Son ellas y ellos los eslabones que permiten la implementación de tecnologías, herramientas y prácticas en los campos de cultivo para lograr uno de nuestros hitos de sostenibilidad más importantes: la agricultura sostenible.
Las cuatro medidas clave para migrar a una agricultura sostenible son:
• Mejorar y restaurar la salud del suelo
• Una mejor gestión del agua
• Protección y fortalecimiento de la biodiversidad
• Mejorar los medios de vida y productividad de las comunidades agrícolas
Tecnología, el camino hacia una agricultura sostenible
Para conseguirlo, es necesario utilizar tecnologías únicas y/o soluciones integradas que se comunican entre sí para optimizar la producción agrícola que, además de los beneficios ambientales, maximicen los resultados y productividad de los agricultores.
Hoy los agrónomos deben estar preparados, capacitados y actualizados en las tecnologías de última generación como el internet de las cosas, la inteligencia artificial y drones. A esto se debe sumar la labor de científicos que exploren compuestos para obtener soluciones tecnológicas (químicas y biológicas) que resuelvan las necesidades del agricultor.
Los agrónomos son un factor clave en esta ecuación, pero también lo son las empresas de la agroindustria. Hoy es fundamental que las compañías del sector aceleremos nuestra transformación tecnológica para ofrecer a los profesionales de la agricultura una oferta de innovación basada en ciencia, que nos permita incidir en el desarrollo del sector y afianzar la transformación de la agricultura.