El concepto de “alimentos saludables” se ha ido modificando con el tiempo. Conforme se realizan estudios y cambian las costumbres y tradiciones que relacionan a las poblaciones humanas con su alimentación, se crea una cultura que pasa de generación en generación, y se modifica constantemente.
Hoy en dia existen costumbres alimentarias que permanecen vivas gracias a que su comunidad ha sabido heredar sus prácticas. La cocina Mexicana es un ejemplo de que, a pesar del tiempo y los cambios que se han dado, la alimentación mantiene como base a algunos ingredientes de la comida prehispánica como lo son:
- El chile
- Frijol
- Maíz (Gómez y Velázquez, 2019)
Una nueva oferta de alimentos saludables
A pesar de conservar la base de la alimentación o parte de nuestra cultura gastronómica, la forma en que nos alimentamos habitualmente ha ido cambiando. Hemos pasado de alimentarnos de la vegetación a seleccionar alimentos procesados a los que se les añaden ingredientes como azúcar, sal y grasa (Muñoz y Delgado,2019).
Los alimentos procesados han sido parte de nuestra dieta desde tiempos remotos. Procesar alimentos se enfoca en modificar la forma natural de un ingrediente o materia prima, a través de tratamientos físicos, térmicos y químicos con la intención de mejorar la disponibilidad, seguridad, accesibilidad, que conserve buenas características organolépticas, pero sobre todo mejorar su vida útil y calidad nutricional.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX, conforme ha ido avanzado la industrialización, también ha ido en aumento el número de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) que sufre la humanidad (Babio et al.,2020).
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La problemática a la que se enfrenta la industria alimenticia
Hoy en dia se atribuye el incremento de obesidad y sobrepeso a los alimentos procesados, pero ¿en realidad es así?
Consideremos que, si bien pudieran ser un detonante de generar problemas de salud, debemos tener claro que gracias al procesamiento de alimentos podemos tener alimentos en nuestra alacena, en los anaqueles de las tiendas de la esquina o autoservicio. Sin la transformación o sin el uso de tecnología alimentaria, los periodos de vida útil y la descomposición serían cortos.
En las últimas 3 décadas México ha tenido una serie de cambios. A nivel económico, político, social, cultural y demográfico, se ha impactado de manera significativa la calidad de vida de las personas. Precisamente, en este mismo periodo han aumentado los índices de sobrepeso y obesidad.
Tras la entrada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México tiene una dependencia alimentaria alarmante. El 45 % de los alimentos disponibles vienen del exterior y la mayoría de ellos son industrializados y están señalados con grandes cantidades de grasa, azúcar y sal.
A partir de que Estados Unidos documentó un importante crecimiento de exportaciones de alimentos a México, tambien han ido en aumento los problemas de salud en el país. (Garza, 2019).
Lo preocupante es que, no sólo se dejó de ser un país autosuficiente, sino que tambien se adoptó la cultura y la forma de alimentación de los países vecinos del norte. La industria de alimentos se vio afectada y enfrentó consecuencias, donde muchos de los alimentos que anteriormente se preparaban en casa o de manera artesanal, ahora pasan por un proceso de industrialización (Muñoz y Delgado,2019).
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Alimentos que sirvan para nutrir a la población
Más allá de consumir un alimento procesado, el problema radica en los aditivos que se usan para suplir necesidades puntuales; lo grave está, sobre todo en el exceso. Con el fenómeno de la globalización tambien han llegado a México negocios de comida rápida que se caracterizan por ofrecer productos nocivos para la salud y por ende, de baja calidad nutricional.
Con todo esto, existe una oportunidad para la industria alimentaria sobre el desarrollo de alimentos que además de saciar el hambre sean nutritivos y saludables para la población. Sería bueno voltear al pasado y retomar las cosas que se hacían bien; claro, sin descuidar los múltiples beneficios que nos ofrece el procesamiento de alimentos.
Es posible realizar desarrollos o procesar alimentos que no contengan cantidades excesivas de azúcares, grasas y sal, pero también es necesario realizar investigaciones a profundidad sobre la seguridad de algunos aditivos que en teoría se cree que son saludables cuando no es así.
La tarea se complica con un mercado cambiante, exigente y con problemas de inflación a nivel mundial. Aunque no será fácil, no es imposible de lograr.
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Bibliografía
- Babio, N., Casas-Agustench, P., & Salas, J. (2020). Alimentos ultraprocesados. Revisión crítica, limitaciones del concepto y posible uso en salud pública. Universitat Rovira i Virgili.
- Delgado, Y. G., & Rodríguez, E. B. V. (2019). Salud y cultura alimentaria en México. Revista Digital Universitaria, 20(1). http://doi.org/10.22201/codeic.16076079e.2019.v20n1.a6
- Garza Montoya, B. G. (2019). Transformaciones macro/meso económicas, políticas y sociales y su relación con la obesidad en México en el período 1984-2014 (Doctoral dissertation, Universidad Autónoma de Nuevo León).
- Muñoz Corona, A. L., & Delgado Jacobo, D. P. (2019). La alimentación en el sobrepeso y obesidad a través del tiempo. Psic-Obesidad, 8(32).