Los agentes de opacidad utilizados actualmente en distintas categorías de la industria de alimentos como productos de confitería, sopas y aderezos, análogos de carne hasta alimentos para mascotas, son un factor relevante para la apariencia visual en un producto.
Alguna vez el dióxido de titanio fue el pigmento natural más utilizado de todos en la industria alimentaria para blanquear, dar opacidad a diversas aplicaciones y lograr tonos blancos brillantes, especialmente por su alto rendimiento con niveles de uso muy bajos.
Por sus características tan particulares, ha sido un reto encontrar un reemplazo idéntico, sin embargo el cuestionamiento por parte de los organismos reguladores en todo el mundo, continúan creando incertidumbre y controversia sobre la aceptación del dióxido de titanio, tanto es así que en la última década se ha visto una disminución significativa en su uso.
El 6 de mayo de 2021, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), actualizó su evaluación de seguridad de 2016 del aditivo alimentario dióxido de titanio (TiO2, E 171) y concluyó que ya no puede considerarse seguro como aditivo alimentario.
Por ello, la demanda por opciones alternativas al dióxido de titanio ha ido creciendo a lo largo de los años, especialmente desde que las organizaciones no gubernamentales lo han vuelto a poner en la mira, lo que ha provocado que los grupos reguladores globales revisen nuevamente el estatus del colorante.
Alternativas frente al dióxido de titanio
El impulso general hacia la “naturalidad”, más específicamente a las alternativas de origen vegetal, ha inspirado la renovación en muchas empresas de alimentos. Por esta razón, muchas marcas buscan portafolios de alternativas al dióxido de titanio.
En la industria ya existen opciones a partir del carbonato de calcio y almidones para lograr esa sustitución, no obstante se ha descubierto un desempeño no ideal en cuanto a estabilidad y uniformidad.
Las opciones actuales del mercado no funcionan de manera óptima para todo tipo de aplicaciones, como sucede con el dióxido de titanio, pues su estabilidad varía de acuerdo con la composición y aplicación.
Algunas opciones de reemplazo, como el almidón de arroz, retienen la humedad y evitan un secado efectivo, lo que puede dar por resultado un moteado sobre las superficies del producto, además del impacto en la textura de la aplicación final.
Además:
- El carbonato de calcio y el almidón de arroz requieren tasas de uso extremadamente altas en comparación con el dióxido de titanio, lo que no sólo afecta el costo de la fórmula final, sino que a menudo afecta negativamente la textura de una aplicación.
- El almidón de arroz puede espesar indeseablemente una formulación, dando como resultado un efecto adverso en la viscosidad.
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La solución es natural
El dióxido de titanio tiene algunas ventajas clave adicionales, comparado con muchas de las alternativas a éste, las cuales pueden presentar desafíos para las oportunidades de reemplazo. Sin embargo, las plataformas con alternativas de alto rendimiento ayudan a los desarrolladores y fabricantes a cerrar la brecha en cuanto a los desafíos técnicos clave se refiere.
En ese sentido, hoy existen alternativas superiores y optimizadas al almidón de arroz y carbonato de calcio, que tienen mayor capacidad de recubrimiento y alta estabilidad en diferentes categorías de alimentos.
En el mercado se cuenta con alternativas al dióxido de titanio de acuerdo con los ingredientes y condiciones de proceso requeridas que:
- Resuelven retos de formulación en prácticamente cualquier aplicación y un sistema de pH para brindar opacidad y lograr tonos blancos atractivos.
Es importante que los fabricantes de alimentos cuenten con aliados que tengan amplios portafolios de alternativas naturales diseñados para adaptarse de la mejor manera al funcionamiento del dióxido de titanio, cubriendo las necesidades de los ingredientes limpios y facilitando a las marcas la innovación de productos.
La colaboración con un proveedor integral de soluciones sensoriales que tenga amplia experiencia en el manejo de la compatibilidad y la estabilidad de los complejos sistemas de ingredientes botánicos de tecnologías naturales de color, puede agilizar el desarrollo de la formulación al mitigar las posibilidades de reformulaciones debido a las interacciones de los ingredientes.
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