En 1999 cuando estábamos a unas cuantas horas de entrar en un nuevo milenio, muchas cosas ocurrían por la cabeza de todos nosotros, claro, lo primero era la gran incertidumbre de Y2K que impactaría en la forma en como las fechas serían interpretadas con el cambio de códigos en los dígitos “00/00/0000” en los sistemas computacionales.
La catástrofe anunciada de regresar a la era de las cavernas parecía inevitable para nuestro mundo, llegan las 12 campanas y como un milagro tipo Hollywood, algo o alguien nos salvó de último segundo y nada pasó.
O por lo menos, no nos enteramos de la catástrofe, así comienzan los primeros años del nuevo milenio y con ello la masificación del internet revolucionando nuestras vidas. Todo se trataba de una nueva forma de conectar y entender una vida más allá de la misma humanidad.
Los correos electrónicos comenzaron a proliferar en nuestros círculos profesionales y sociales, los primeros chats que nos permitían convivir e interactuar de una forma completamente diferente.
Y con un mayor grado de libertad con personas inclusive cercanas bajo seudónimos o nombres alternos como una extensión de nuestra personalidad, y paralelamente llegan las innovaciones en el mundo del consumo masivo y alimentación.
Alimentos nutritivos
Aparecen las primeras marcas de leches alternativas, en aquel momento, la soja toma protagonismo en la escena de la nutrición como una alternativa saludable para consumidores con ciertas necesidades “especiales” que tenían que estar alejados de la leche de vaca.
En aquel instante no entendíamos la puerta que estábamos abriendo hacia la gran escalada en las siguientes dos décadas de innovaciones alrededor de esta tendencia nutricional.
No podemos dejar de lado nuestro gran cambio de conducta alrededor de los alimentos que en esos años comenzamos a explorar, bueno, por lo menos, todo lo referente a las calorías.
Aparecen los famosos weight watchers para hacer el conteo de calorías en todo lo que comíamos, las marcas comenzaron a diseñar productos inspirados en esta tendencia.
Y aparecieron las barras, snacks, chips, cereales, bebidas, etcétera, por debajo de las 100 calorías por porción, toda una revolución en la vida del consumidor.
En la primera década del nuevo milenio la calidad cobró gran relevancia como un atributo muy importante en la industria de alimentos y el desarrollo de productos.
Las certificaciones de calidad de productos alimenticios se convirtieron en una gran oportunidad para las empresas de construir un puente de confianza y cercanía con el consumidor.
Porque las marcas basaban las innovaciones en sistemas de calidad muy estrictos. La calidad como un driver de innovación fue un mantra de venta en aquellos momentos que ciertamente era convincente.
A medida que van pasando los años y nos vamos acercando a otra década en el nuevo milenio, es natural que vayan surgiendo necesidades, actitudes y tendencias que evolucionan el mundo de los alimentos.
Desarrollo de productos light
El boom de los productos light llega a la escena del consumo, aparece como una gran opción nutricional de indulgencia sin consecuencias o mínimas consecuencias a la salud ya que era la manera en que se promocionaban, claro, esto desato un gran auge de consumo, expectativa y en nuestra forma de entender esta oportunidad de alimentación, por lo menos así lo veíamos.
El encanto duró poco realmente ya que la experiencia fue decepcionante, las propuestas de los productos desarrollados no lograron cautivar los sentidos y sobre todo el gusto de los consumidores.
Productos que no cumplían con una buena promesa de sabor o que ciertamente era evidente el cambio de la percepción del sabor original del producto, que resultaban sumamente atractivos y del agrado de los consumidores en general versus la versión light.
La cual no cumplía con esa promesa de sabor y una de las principales causantes del fracaso de esas innovaciones era o es aún ese característico “resabio metálico” o “after taste” que dejaban los edulcorantes utilizados en esas fórmulas de productos.
Solamente un par de casos fueron exitosos en preferencia y volumen de ventas en el mercado (uno de los productos exitosos en la era de alimentos light fue y sigue siendo el refresco de cola light).
Alimentos Ready to eat
Sumado a esta era de productos que sustituía al azúcar como un ingrediente no adecuado para la salud, viene la creciente oferta de los conceptos Ready To, ready to eat, ready to heat, ready to prepared, ready to mix, por mencionar algunos de mayor relevancia o más comunes.
Estos conceptos ofrecían un gran abanico de oportunidades de comodidad, comfort y conveniencia a la cada vez más compleja vida acelerada del consumidor, opciones de comida congelada, desayunos, bebidas alcohólicas o cocktails, postres, panes, etcétera, se multiplicaron en los anaqueles y refrigeradores de las tiendas retail y minoristas.
Esto ayudó a configurar una nueva escena en los hábitos y costumbres de las familias, comenzó a desaparecer dentro del núcleo familiar tradiciones como era el sentarse todos a comer juntos, sumado a estos cambios tenemos que nombrar dos grandes ajustes en la conducta del consumidor.
La primera es la “era del snack”, una generación completa de consumidores enfocada en hacer “mini comidas” o “pequeños momentos de comfort” como algunos le llaman, se convirtieron en prácticas cotidianas para oficinistas, profesionales, estudiantes, creativos como algunos de los beneficiados y exponentes de esta hábito de consumo.
El segundo ajuste fue el creciente interés por tener una mejor nutrición en los alimentos procesados o empacados, de esta manera surgen los functional food products.
Esta es una curva de demanda que he venido creciendo desde el 2015 como una necesidad no satisfecha del mercado y/o una oportunidad de las marcas por explorar la manera de diseñar mejores alimentos.
Super alimentos
El tiempo sigue su marcha y comienza a renacer una preocupación mucho más natural para el consumidor en torno a su salud, no sólo se trata de alimentos confortables, prácticos, en porciones controladas y con funcionalidad, se abre una oportunidad para ir más allá de la nutrición cotidiana y aparecen los super foods.
La gran ventana para potencializar la biodiversidad de ingredientes con lo que el sistema alimentario puede desarrollar innovaciones de gran impacto al bienestar y salud de los consumidores. Plataformas como la del yogurt (snacks bebibles) y bebidas fermentadas se apoderaron de esta creciente tendencia y lograron maximizar el interés del mercado por explorar estos nuevos productos que se basaban en una premisa muy sencilla.
Sabor + nutrición de alto impacto= indulgencia saludable, con esta gran apuesta lograron canalizar muy creativamente la atención del consumidor y sus bolsillos, sin dejar de lado un entregable de alto valor en percepción para el mercado.
No perdamos de vista, como ya lo explicamos, en esta evolución de innovaciones en la alimentación del consumidor que a principios del nuevo milenio comenzó un movimiento de alimentación muy pequeño, que eran las bebidas “lácteas alternativas”.
La pandemia impulsa la alimentación sustentable
Si bien, esto comenzó a cobrar relevancia de una manera significativa desde el 2018 llegamos a un parteaguas en la vida cotidiana del mundo, pandemia 2020, un largo stop que sirvió para replantear ¿cómo estamos impactando en la vida de la naturaleza a través de nuestro consumo y alimentación?
Durante este período se aceleró y potencializó la narrativa de “alimentación sustentable”, algunos le llaman alimentos alternativos, dieta plant-based o dieta planetaria o del futuro.
A partir de estos años, hemos visto cómo ha evolucionado tecnológicamente la industria alimentaria ofreciendo innovaciones alternativas, que van desde:
- el origen de los estos ingredientes
- la forma en cómo se cosechan (automatización y robotización del campo, trazabilidad a través de blockchain)
- desarrollo y procesamiento (biotecnología)
- tecnologías de saborización orgánicas
- sistemas de multitexturas
- nutrición (nutrigenómica o nutrición personalizada)
Así como el surgimiento de un nuevo y prometedor ecosistema alimentario con nuevas empresas, marcas y entusiastas emprendedores que a través de una nueva visión del mundo desarrollan innovaciones biotecnológicas comerciales con un fin en común.
Carne a base de células
El beneficio del medio ambiente y el cuidado animal, considerando el menor impacto de nuestra alimentación como un mantra de estos tiempos, pero quizás dimos una vuelta de 360º y logramos llegar al mismo punto que hace 25 años.
Un grado de incertidumbre por el futuro de las innovaciones para los siguientes años, si bien hemos visto desde el 2023 que comenzó a desarrollarse a una mayor escala la posibilidad de crear alimentos sintéticos como la carne (proteína) o “cell foods”.
Estos últimos meses se abrió una ventana de aprobación por parte de la FDA para comercializar en centros de consumo este tipo de alimentos creados 100% en laboratorio a través de la tecnología de fermentación de precisión desarrollados en biorreactores.
Aunque aún queda pendiente la comprobación o la declaración de la certeza de cero afectaciones al consumir estas innovaciones en el humano, esto podría ayudar a disminuir los excesivos casos que vivido en los últimos 12 meses de contaminación de alimentos o evitar los famosos y temidos “recall” por parte de la industria.
La Inteligencia Artificial llega a los alimentos
Podríamos pensar que estamos entrando en una nueva era en donde las tecnologías como la Inteligencia Artificial comienzan a tomar relevancia en la vida de la industria de alimentos entusiasmando a más de uno y ofreciendo soluciones que aún son dudosas o poco claras en su ejecución y control.
E inclusive en su repercusión en el desarrollo laboral por los equipos técnicos que comienzan poco a poco a ser desplazados y remplazados por posibilidades de performance más efectivas en tiempo y de menor costo para las marcas.
Estamos ante la puerta de un nuevo escenario en el ecosistema de la alimentación, no sólo es la asombrosa tecnología de análisis de data sino las infinitas posibilidades de creación con un eje de biodiversidad como nunca visto en la industria.
Empezamos a escuchar creaciones como chocolate desarrollado sin cocoa o café creado sin cacao derivado de una combinación de ingredientes que molecularmente son similares o puede ser semejantes o mejores en funciones nutricionales que el mismo ingrediente original.
Pero ¿estamos realmente preparados para empujar a la naturaleza a sustituir la misma naturaleza para crear y darle forma a nuestras nuevas interpretaciones de los alimentos con una biodiversidad de ingredientes atípicos a nuestras dietas?
La innovación en la industria alimentaria
La pregunta que como principio de innovación deberíamos de hacernos sería; ¿cuál es el objetivo de estas innovaciones?
Si pensamos en el tema sustentable, podemos comenzar a ver que la industria ya está explorando y ensayando el desarrollo de productos a través de la utilización de agua atmosférica para cuidar el impacto en los recursos naturales necesarios para la producción masiva de alimentos.
Y si pensamos en la función nutricional abrimos el espectro de crear tecnología sensorial que nos permita engañar a los sentidos.
Y comenzar a alimentarnos desde una perspectiva funcional a través de píldoras de una ocasión por semana o mensual, que nos permitan obtener un despliegue nutricional dosificado a
largo plazo sin tener que alimentarnos diariamente.
Y de esta manera regresamos al punto que inicio esta conversación, estamos abriendo la puerta de la incertidumbre ante toda esta revolución de innovaciones que parecen sacadas de una película de Hollywood y que no son claras para la vida del consumidor en nuestra actualidad. Sin duda alguna, los siguientes años marcarán la pauta para la construcción del mundo del futuro.
Continúa leyendo: Un festín para los sentidos: el futuro alimentario va más allá del sabor
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