Uno de los puntos clave en la Economía Sostenible es el consumo local de alimentos, el cual fomenta la colaboración comercial entre los actores que conviven en una misma zona geográfica, para beneficiarse mutuamente y tiene menos impacto ambiental.
El modelo del consumo local promueve el emprendimiento, contribuye a la generación de empleos, ayuda a evitar monopolios y que exista una mayor variedad de mercancías. Aunado, los bienes que se producen localmente son más baratos y fáciles de adquirir.
Por ello, el comprar insumos locales ayuda a preservar el medio ambiente, ya que la producción y la distribución se llevan a cabo en la misma zona geográfica y por lo tanto, no es necesario utilizar medios de transporte pesados, empaques elaborados y conservadores que afectan la salud de los consumidores.
Al apostar por el consumo local disminuye la emisión de gases nocivos y de desechos como plástico o cartón.
Otra de las ventajas de los alimentos que se producen localmente es su calidad y frescura. Los productores artesanales tienen un mayor sentido de compromiso con sus clientes y se aseguran que sus mercancías destaquen por sus atributos y propiedades nutricionales.
Si bien no es posible cerrarse a la globalización, es necesario que las empresas mexicanas implementen un modelo de negocio en el que su prioridad sea el mercado local. Al apostar por el consumo de alimentos regionales y locales, como el maíz, el chile, el frijol, frutas de temporada, contribuyen al crecimiento económico, al bienestar social y al cuidado del medio ambiente.
Cabe señalar que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pronostica que para el año 2050 la demanda de alimentos se incrementará en un 70 %, motivada por los cambios demográficos alrededor del mundo.
Fuente: Expo Café́ & Gourmet Guadalajara