El consumo de vino sin alcohol se está convirtiendo en una tendencia entre quienes buscan mantener un estilo de vida saludable sin renunciar al placer de disfrutar del sabor de un buen vino, pero sin sufrir los efectos secundarios del alcohol.
Según datos de International Wines and Spirits Record (IWSR), se prevé que esta categoría crezca a una tasa anual compuesta de 7% entre el 2024 y 2027, mientras el mercado ya alcanza un valor de 13 mil millones de dólares.
Mientras la demanda está siendo impulsada, principalmente, por la preferencia de los consumidores de entre 20 y 30 años, como los millennials y la generación Z; mientras que cerca de una quinta parte de todos los compradores accedieron o probaron por primera vez este tipo de bebidas, el año pasado.
Esta mayor preferencia ha provocado, a su vez, el aumento de nuevas marcas o empresas enfocadas en este segmento, así como la innovación en las firmas ya establecidas en la industria, según datos de IWSR, una firma especializada en bebidas alcohólicas.
A principios de este año, investigadores en Alemania comenzaron a trabajar con expertos en vino para utilizar hojas de nuevas variedades de uva adaptadas al cambio climático para elaborar bebidas parecidas al vino.
A través del proyecto The Sustainable Beverages (SusBev), financiado por el Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania (BMBF), tanto biotecnólogos, enólogos, enólogos y expertos en sostenibilidad, buscan innovar en la elaboración de una especie de vino sin alcohol.
“Las hojas y sarmientos de estas variedades, que aún no se han utilizado como materia prima, son adecuados porque tienen un atractivo sabor varietal (como las bayas con las que se elabora el vino). Además, su resistencia al ataque de hongos significa que las plantas requieren menos tratamiento con pesticidas, lo que las hace seguras para el consumo”, dio a conocer BRAIN Biotech.
Este proyecto está liderado por esta firma alemana de biotecnología, en colaboración con Tropical Viticulture Consultants, Zukunftsweine GmbH y Provadis Hochschule.
BRAIN Biotech es la responsable de la selección y optimización de los microorganismos adecuados (cultivos iniciadores), así como del establecimiento básico del bioproceso a escala de laboratorio.
Buscan reducir el impacto ambiental
El proyecto SusBev también tiene como objetivo reducir el impacto ambiental en la producción de vino, al eliminar la necesidad de utilizar pesticidas y herbicidas químicos.
Alice Kleber, directora senior de proyectos de I+D y desarrollo de cepas microbianas en BRAIN Biotech, explicó para un medio de información estadounidense que “al utilizar residuos y corrientes secundarias de la viticultura para la producción de alimentos, el carbono almacenado en ellos se usa como alimento, en lugar de liberarse directamente como dióxido de carbono (CO2) no utilizado a través del compostaje".
"Este aumento en la eficiencia de CO2 se suma a la ya favorable huella de carbono de las variedades de uva piwi en comparación con las variedades de uva convencionales, ya que requieren menos fumigación y muchos menos productos químicos (especialmente fungicidas) durante el cultivo", añadió.
En la industria del alcohol, la sostenibilidad implica implementar prácticas ambientales en diferentes operaciones, desde la obtención de ingredientes, la elaboración, el envasado y hasta en la distribución de las bebidas.
Para producir de forma amigable con el ambiente se valen de fuentes de energía renovables, sistemas para reducir el desperdicio de agua y la reducción de emisiones de CO2, así como utilizar materiales de embalaje biodegradables, entre otras acciones.
Nuevas preferencias de compra
Producir de manera más sostenible también tiene sus ventajas. Los consumidores, cada vez más conscientes del impacto ambiental y social de sus elecciones, están optando por productos que se alinean con sus valores y prioridades.
De ahí que la sostenibilidad se ha convertido en un elemento fundamental que moldea sus decisiones de compra de los consumidores de la industria de bebidas no alcohólicas.
Además, con el aumento de consumidores preocupados por su salud, también ha crecido la demanda por productos orgánicos, más naturales y producidos artesanalmente.
“Con el aumento de consumidores preocupados por su salud, ha habido una creciente demanda de productos orgánicos, naturales y de origen vegetal”, expusieron especialistas de Emergen Research, una firma de consultoría e investigación de mercados.
Señala que como una de las tendencias más notables la producción del vino es el vegano, que a diferencia del tradicional (que puede utilizar productos de origen animal en el proceso de clarificación) está completamente libre de ingredientes animales.
Tradicionalmente, agrega, los enólogos han utilizado agentes clarificantes de origen animal, como la caseína (proteína de la leche), la albúmina (claras de huevo), la gelatina (proteína animal) o el isinglass (proteína de la vejiga de pescado), para eliminar proteínas, levaduras y otras partículas orgánicas del vino durante el proceso de clarificación.
Sin embargo, estos métodos no son compatibles con un estilo de vida vegano, por lo que se han valido de alternativas sintéticas o a base de plantas para clarificar el vino, como el uso de arcilla de bentonita, proteína de guisante o carbón vegetal, asegurando que todo el proceso de producción permanezca libre de derivados animales, según especialistas.
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