Un equipo de investigadores estadounidenses está desarrollando técnicas de aislamiento de proteínas de insectos. En un nuevo estudio, científicos de la Universidad de West Virginia determinaron las propiedades nutricionales y funcionales de la proteína en polvos de insectos de pupas de grillo, langosta y gusano de seda.
La demanda mundial de fuentes sostenibles de proteína ha creado un cambio de fuentes tradicionales como la carne a otras fuentes que de otro modo se pasaban por alto. Los insectos comestibles y las harinas de insectos son prometedores como alternativas a la carne porque suelen ser ricos en proteínas y contienen todos los aminoácidos esenciales.
Purificación y concentración de proteínas
El aislamiento de proteínas es un proceso que permite la purificación y la concentración ascendente de proteínas de diversas fuentes. La proteína se puede aislar de manera eficiente de los insectos utilizando precipitación de solubilidad de pH, señala el estudio.
Después de aislar la proteína, se descubrió que los aminoácidos esenciales en los polvos de grillo, langosta y gusano de seda superaban las recomendaciones. Casi el 70% de la proteína de insectos se disolvió en pH alcalino, mientras que solo el 7% en pH 4-6. Se descubrió que los polvos de langosta contenían proteínas musculares, miosina y actina.
Los aislados de proteínas de insectos pueden tener una alta calidad nutricional y funcional. Además, los investigadores tienen una patente sobre un procedimiento de aislamiento de proteínas que les permitió aislar proteínas en insectos.
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Satisfacer las demandas de sostenibilidad
La proteína de insectos se puede recolectar mucho más rápido que una vaca o un cerdo y requiere menos uso de tierra y agua. Los insectos también tienen una vida corta, se reproducen rápidamente y requieren un hábitat simple y mínimo y requisitos nutricionales, destacan los investigadores.
El ciclo de cosecha de insectos es de alrededor de 45 días, mucho más corto que los 4 a 36 meses de los animales de granja tradicionales. El 80% de la población humana mundial ya consume insectos. Las culturas occidentales constituyen el 20% que no lo hacen. Es una minoría que no consume insectos.
Puesto que los consumidores están cada vez más preocupados por el planeta, el atractivo de los insectos ha despertado un interés creciente, y se estima que el mercado de proteínas de insectos tendrá un valor potencial de hasta 8 mil millones de dólares estadounidenses para 2030.
Desafíos ante el consumo de insectos
Un problema clave en la integración del consumo de insectos es el factor ick que los investigadores destacan que podría superarse convirtiendo el insecto en polvo. Esto se asemeja a cómo los granos se procesan en harina para que sea más comestible.
Los científicos destacan que aunque los polvos para insectos son un método simple y conveniente para aumentar la vida útil, la composición original presenta un obstáculo en sus aplicaciones de productos alimenticios. Sin embargo, los desarrollos avanzan rápidamente, con proyectos que apuntan a impulsar la popularidad y la sostenibilidad de los productos derivados de insectos.
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