Investigadores de Suecia desarrollaron un pequeño sensor para detectar plaguicidas en la fruta en pocos minutos. La prueba de concepto tiene como objetivo superar el alto costo y la fabricación engorrosa de los sensores actuales. Sin embargo, este desarrollo aún se encuentra en una etapa temprana.
Los informes muestran que hasta la mitad de todas las frutas vendidas en la UE contienen residuos de pesticidas, que en grandes cantidades se han relacionado con problemas de salud humana”, dijo Georgios Sotiriou, investigador del Departamento de Microbiología, Tumores y Biología Celular del Instituto Karolinska en Estocolmo.
La técnica, descrita en la revista Advanced Science, utiliza nanopartículas rociadas con llama hechas de plata para aumentar la señal de los productos químicos. Estos nuevos nanosensores económicos y reproducibles podrían usarse para monitorear rastros de pesticidas en frutas incluso en las tiendas.
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La detección de los plaguicidas
Para probar la aplicación práctica de los nuevos nanosensores, los investigadores los calibraron para detectar bajas concentraciones de paratión-etilo, un insecticida agrícola tóxico que está prohibido o restringido en la mayoría de los países.
- Se colocó una pequeña cantidad de paratión-etilo en parte de una manzana.
- Los residuos se recolectaron más tarde con un hisopo de algodón que se sumergió en una solución para disolver las moléculas de pesticida.
- La solución se dejó caer sobre el sensor, que confirmó la presencia de pesticidas.
Nuestros sensores pueden detectar residuos de pesticidas en las superficies de las manzanas en un corto tiempo de cinco minutos, sin destruir la fruta. Si bien deben validarse en estudios más grandes, ofrecemos una aplicación práctica de prueba de concepto para las pruebas de seguridad alimentaria a escala antes del consumo”, explicó Haipeng Li, investigador postdoctoral en el laboratorio de Sotiriou.
Tecnología de polinización cruzada
Los nuevos nanosensores emplean un descubrimiento de la década de 1970 conocido como dispersión Raman mejorada en la superficie, o SERS, una poderosa técnica de detección que puede aumentar las señales de diagnóstico de biomoléculas en superficies metálicas en más de un millón de veces.
La tecnología se ha utilizado en varios campos de investigación, incluido el análisis químico y ambiental, y la detección de biomarcadores para diversas enfermedades. Sin embargo, los altos costos de producción y la limitada reproducibilidad de lote a lote han obstaculizado la aplicación generalizada en el diagnóstico de seguridad alimentaria.
Los investigadores quieren explorar si los nanosensores se pueden aplicar a otras áreas, como el descubrimiento de biomarcadores para enfermedades específicas en el punto de atención en entornos de recursos limitados.
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