La seguridad alimentaria se agrava en Sudán del Sur afectando a 6.5 millones de personas, más de la mitad de la población, así lo indica el reporte más reciente de las Naciones Unidas.
El informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) publicado por el Gobierno de Sudán del Sur, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), indica la situación grave de inseguridad alimentaria es preocupante en las zonas más afectadas por las inundaciones de 2019.
Corren especial peligro 20 mil personas que entre febrero y abril padecerán los niveles más extremos de hambre (nivel de inseguridad alimentaria de "catástrofe" o Fase 5 de la CIF) en los condados de Akobo, Duk y Ayod, que se vieron afectadas por lluvias torrenciales el año pasado, y por ende, necesitan ayuda humanitaria urgente.
Se prevé que la amenaza del hambre se incremente a partir de febrero, debido al agotamiento de las reservas alimentarias y a los elevados precios de los alimentos. En general, los efectos acumulativos de las inundaciones y los desplazamientos de población que originan, la inseguridad localizada, la crisis económica, la escasa producción agrícola y los prolongados años de agotamiento de los activos, siguen causando que la población pase hambre.
El informe señala que la relativa paz y estabilidad del país han permitido algunas mejoras en la situación general de la seguridad alimentaria, con un próximo período de carestía que se prevé sea algo menos severo que el del año pasado, en el que 6.9 millones de personas se encontraban en situación de "crisis" de inseguridad alimentaria, o incluso peor.
Seguridad alimentaria: malnutrición aguda
El informe prevé que 1.3 millones de niños padecen de malnutrición aguda, la cual creció de 11.7 al 12.6 % en todo el país, aunque el aumento ha sido notablemente mayor en los condados afectados por las inundaciones: del 19.5 al 23.8 % en Jonglei, y del 14 al 16.4% en el Alto Nilo-.
Lo anterior se atribuye a la menor disponibilidad de alimentos y a la elevada morbilidad, debido principalmente al agua contaminada y al recrudecimiento del paludismo a causa del agua estancada.
Gracias al apoyo del UNICEF y sus asociados, el 92 % de todos los niños que sufren de malnutrición aguda grave recibieron ayuda, y más de nueve de cada diez se recuperaron. Sin embargo, estos niños no deberían en ningún caso estar malnutridos.
El acceso a una alimentación suficiente, alimentos adecuados, agua, saneamiento, higiene y a los servicios de salud son derechos humanos y son fundamentales para prevenir la malnutrición, así lo indicó Mohamed Ag Ayoya, Representante de UNICEF en Sudán del Sur.
Respuesta a la crisis de seguridad alimentaria
En 2019 la FAO prestó apoyo de emergencia a los medios de vida de más de 3.5 millones de personas y trató o vacunó a unos ocho millones de animales. También apoyó a más de 60 mil familias afectadas por las inundaciones a reconstruir sus medios de vida.
Este año, el organismo se propone aumentar la producción de alimentos y proteger los medios de subsistencia mediante la distribución de semillas de hortalizas, aperos de labranza, aparejos de pesca y hortalizas, y aportando dinero en efectivo a las personas más necesitadas.
En 2020, el Programa Mundial de Alimentos proyecta ayudar a cerca de cinco millones de personas, proporcionando alimentos vitales a los más vulnerables, ayuda alimentaria a las comunidades para crear o rehabilitar sus activos y tratar la malnutrición entre los niños y las mujeres embarazadas o lactantes.