Garantizar la seguridad alimentaria y una dieta saludable para una población mundial creciente seguirá siendo un desafío. Así lo indica el informe Perspectivas agrícolas 2021-2030 de la OCDE-FAO. Se prevé que la demanda mundial de productos agrícolas, lo que incluye aquellos utilizados como alimentos, piensos, combustibles e insumos industriales, crezca un 1.2 % anual durante el próximo decenio, aunque a un ritmo anual más lento que durante el decenio anterior.
Según las previsiones, las tendencias demográficas, la sustitución de la carne de ave por carnes rojas en los países ricos y en muchos países de ingresos medianos. Y el auge del consumo per cápita de productos lácteos en Asia meridional determinará la demanda futura.
Si bien las Perspectivas se centran en las tendencias a medio plazo, una amplia gama de factores puede generar condiciones para fluctuaciones de precios a corto plazo en los mercados agrícolas. Por ejemplo, la evolución de los mercados energéticos y la mayor volatilidad de los precios de los cereales contribuyen a las diferencias entre los precios previstos y los precios observados.
Seguridad alimentaria, clave para el crecimiento sostenible
Según el informe de la OCDE-FAO, el comercio seguirá siendo fundamental para:
- Seguridad alimentaria
- Nutrición
- Ingresos agrícolas
- Lucha contra la pobreza rural a nivel mundial
En promedio en todo el mundo, alrededor del 20 % de lo que se consume en cada país es importado. De cara a 2030, se prevé que las importaciones representen el 64 % del consumo interno total en la región de Cercano Oriente y África del Norte, mientras que se espera que la región de América Latina y el Caribe exporte más de un tercio de su producción agrícola total.
Sin esfuerzos adicionales, no se alcanzará el objetivo del hambre cero y las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la agricultura seguirán aumentando. Se necesita urgentemente una transformación de los sistemas agroalimentarios, destaca el prólogo de las Perspectivas.
Además, se prevé que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero procedentes de la agricultura aumenten un 4 % en los próximos 10 años. Principalmente por al aumento de la producción ganadera, a pesar de que se espera que las emisiones por unidad de producción disminuyan en gran medida durante el período.
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