China como el gran comprador de alimentos ─y de lácteos en particular─, el covid-19 y el cambio climático, son aspectos determinantes en la coyuntura mundial, el equilibrio de los mercados y en la producción sustentable en la industria láctea.
De acuerdo con Eduardo Blasina, consultor independiente y analista del sector agrícola y/o agronegocios en Uruguay, el mercado internacional de lácteos ha sido muy volátil:
- La estabilidad de precios suma ya cuatro años.
- El gran crecimiento de China como importador.
- Nueva Zelanda como el gran exportador mundial, cuya producción será récord este año, pero está en un tope.
- Si Oceanía no logra crecer, la demanda de China empujará los precios y generará oportunidaes en América.
- La competencia de productos imitación de lácteos es un riesgo.
- Una estabilidad de precios relativamente favorables puede persistir un año más.
El Índice de Precios de Lácteos de la FAO reporta una fase de crecimiento fuerte al igual que todas las materias primas hasta 2014, pues luego vino una caída violenta entre 2014 y 2016, y desde el segundo semestre de 2017 hasta hoy, muestra una estabilidad importante.
Durante el Congreso del Sector Lácteo 2020, organizado por la Cámara Nacional de los Industriales de la Leche (CANILEC), el especialista señaló que la estabilidad representa una oportunidad, sin embargo también hay una amenaza por la disminución en el consumo de leche fluida en algunos países desarrollados.
“Eso se debe porque las llamadas “leches alternativas”, hechos con vegetales empiezan a jugar un papel como rivales en el consumo. Una garantía es un mercado en expansión y la producción sustentable en la industria láctea”, dice.
China y el mercado mundial de lácteos
“La occidentalización del consumo, la mejora del poder adquisitivo y la urbanización, llevarán a un crecimiento sostenido de productos lácteos que hasta hace poco eran prácticamente desconocidos”, declaró Blasina en su ponencia “La lechería mundial, entre China, el covid-19 y el cambio climático”.
Como caso particular, dice Blasina, China está en una carrera por asegurarse su abastecimiento futuro de lácteos. ¿Cuál es su lógica? La respuesta está en sus números:
- Consumo total de lácteos por habitantes: 35 kg/año.
- Consumo esperado para 2025: 43 kg/año.
- 80% del consumo leche fluida (UHT) y yogur.
- Fuerte potencial de crecimiento en yogur, manteca, queso, fórmulas infantiles.
- Consumo de queso 0.1 kg/año manteca casi cero.
- En los próximos 10 años será el principal importador de queso del mundo.
- Producción local crece 3% por año, tambos de gran escala y mayor tecnificación.
Entonces, ¿por qué hay un precio equilibrado si China aumenta sus compras? La razón, explica Blasina, es porque existen cuatro componentes a reflexionar:
- La oferta global tiene dificultades para crecer más allá de la producción actual.
- Oceanía no tiene condiciones para seguir creciendo, pero la demanda aumenta en Asia.
- Hay una competencia creciente de sustitutos lácteos.
- Disminución de consumo de algunos productos en economías desarrolladas.
“Un sector lechero que asuma los desafíos ambientales será clave para enfrentar esos componentes. Una producción sustentable en la industria láctea y productos éticamente intachables son la única posibilidad a futuro. Factores ambientales y bienestar animal son la fuente de competitividad cualitativa en el comercio internacional”, apunta el consultor.
Te puede interesar: El consumo va hacia los productos lácteos
¿Qué debe hacer la cadena láctea para enfrentar el cambio climático?
El cambio climático será el gran tema en la agenda de este siglo, pues se está llegando al tipping point, un concepto que planteó el Panel Intergubernamental de expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC) y se refiere a los 9 puntos críticos o de no retorno.
Los puntos críticos son aquellos fenómenos que debemos evitar a toda costa para mantener el calentamiento global, porque una vez se produzcan, será muy difícil revertir el proceso de calentamiento que nos lleve a esa situación desastrosa.
“Se habla mucho sobre la vinculación de la carne y el cambio climático, pero ¿qué pasa con el sector lácteo? Hoy los nuevos consumidores, una población menor de 20 años, está preocupada por la situación qué van a tener que enfrentar en la segunda mitad de este siglo”, señala Blasina.
“En ese sentido, existen nuevas regulaciones que se van a imponer sobre los sistemas productivos en Europa, es decir, ya se habla de impuestos a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), donde el dióxido de carbono es el más representativo”, agrega.
Y advierte: “En el caso de la lechería, la reducción del metano y el óxido de nitrógeno son importantes, además de saber el origen de los alimentos, en cómo han sido producidos y garantizar que no sólo son sanos para el consumidor, sino también para los animales y el planeta”.
El principal desafío del sector lácteo
“El 15% de las emisiones se debe a la producción de alimentos. En el caso de la lechería destacan las de metano que suben de manera irregular. No se ha logrado comprender cuáles son las distintas fuentes de su incremento en la atmósfera”, subraya el especialista.
“Lo cierto es que la curva tiene que revertirse, lo que representa un desafío para el sector lácteo. El objetivo es que debe ser neutra en términos de carbono para el 2050. Nueva Zelanda, quien probablemente es el país más vanguardista, ya está informando a sus productores sobre cuál es su emisión de gases”, puntualiza.
De acuerdo con Blasina, el calentamiento global en ganadería y lechería tiene cinco componentes:
- Las emisiones propias del ganado donde la fermentación ruminal genera metano y el estiércol produce sus propias emisiones.
- El que se deriva de la producción de alimentos para este ganado ya sea forraje o granos.
- La fertilización.
- Los cambios en el uso del suelo.
- Los llamados indirectos de energía, las construcciones, los fletes, entre otros.
“Se debe seguir avanzando en cómo tomar medidas de manejo a lo largo de la cadena láctea para minimizar las emisiones y llegar a una meta de neutralidad en el mediano plazo, pues sigue aumentando la generación de metano, óxido de nitrógeno y dióxido de carbono”, indica.
“Aproximadamente el metano de la fermentación del rumen es 59%, la producción forrajera y el transporte llevan 29.5% y son tanto dióxido de carbono como óxido nitroso. Por su parte, el estiércol genera metano y óxido nitroso con otro 9.5%”, añade.
5 soluciones para una producción sustentable en la industria láctea
Frente al desafío ambiental y para lograr una producción sustentable en la industria láctea, Blasina señala algunas soluciones:
- Poner carbono de la atmósfera en el suelo para tener uno con más materia orgánica, más fértil y más productivo. Por ello, ahora es común el pastoreo rotativo, pastorear en franjas y evaluar el crecimiento de las pasturas.
- Mejorar la calidad y lograr un menor transporte de forraje. Un forraje de baja calidad genera más emisiones de metano en el proceso digestivo.
- Utilizar alimentos producidos en el predio y tener una política de manejo del estiércol.
- Hacer compostaje en gran escala con el estiércol, lo cual genera camas calientes en el invierno para los animales y un fertilizante importante para el conjunto del predio.
- El uso de biogás generado a partir del estiércol es algo que se está empezando a probar, además de usar energía eólica y solar para alinearse a una economía circular y evitar desperdicios que no se incorporen al suelo.
Asimismo, afirma que la competitividad y la producción sustentable en la industria láctea implica tomar en cuenta a la ganadería en relación con:
- El cambio climático
- La salud humana
- El bienestar animal
- El medio ambiente
Cada vez los consumidores estarán más atentos a las acciones de las empresas lácteas y denunciarán cualquier mala práctica desde el punto de vista ambiental. Por lo tanto, el sector lechero:
- Se debe incorporar a una sensación de propósito y a cumplir una misión que trascienda la propia rentabilidad del sector o la propia alimentación.
- Realizar esfuerzos colectivos por frenar el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.
- Las empresas primarias de producción de leche deben tratar de cosechar carbono del aire, medirlo y certificarlo.
Te puede interesar: Tres tecnologías para una cadena alimentaria sustentable
Modelos sustentables para la producción de lácteos
“Existen dos grandes modelos de lechería en el mundo: uno es más a grano y otro más a pasto. ¿Cuál modelo tendrá un futuro más promisorio? El camino es hacia la modalidad de pastoreo racional rotativo que incorpore materia orgánica, compostaje y buen manejo de afluentes”, destaca Blasina.
En ese panorama, advierte que las tres líneas de acción para ser competitivos son:
- Productiva: Conseguir la mayor cantidad de producción lechera y de sólidos por hectárea, de proteína y de grasa.
- Ética: La producción forma parte del propósito de la sustentabilidad. Para ello, se debe capturar carbono y compostar.
- Molecular: ¿Genera esa producción una diferenciación para venderla a un precio superior? Es necesario agregar más valor a cada litro de leche, desarrollar una lechería de precisión y lácteos orgánicos.