El cambio climático, la calidad del aire y el calentamiento global son las tres principales preocupaciones de sostenibilidad, destaca en un reciente estudio Mintel.
Mientras que la sostenibilidad es el tema más crítico con respecto a las marcas, destaca el informe “Perspectiva global sobre la sostenibilidad: un estudio de consumidores 2024-25”.
Añade que al elaborar este estudio encontraron que ahora han visto la aparición de un consumidor más consciente de los recursos, uno que busca cada vez más soluciones sostenibles que ofrezcan eficiencia y economía.
Por lo que las empresas orientadas al consumidor y sus clientes son fundamentales para lograr los objetivos de sostenibilidad. Muchas de ellas tienen el objetivo de ser cero emisiones para las siguientes décadas.
El informe también subrayó que ahora se ha dado un cambio de mentalidad entre los consumidores, quienes se sienten cada vez más impotentes frente a los grandes problemas ambientales.
Este pesimismo podría tener implicaciones importantes para la forma en que las marcas abordan la sostenibilidad y las expectativas de los consumidores, señala Richard Cope, director del estudio de Mintel.
Se merma la confianza
Lo anterior se refleja en el hecho de que los consumidores han reducido sus apuestas sobre la sostenibilidad.
El estudio de Mintel muestra que la percepción sobre “si actuamos ahora, todavía tenemos tiempo para salvar el planeta” ha disminuido, pasando del 50% en 2021 al 40 % en 2024, lo que refleja una desconfianza en las soluciones globales para los problemas ambientales.
A nivel global, la situación no es mejor. El número de consumidores que siguen optimistas acerca de la posibilidad de salvar el planeta ha caído siete puntos porcentuales, del 55% en 2021 al 48 % en 2024.
Esta disminución se acompaña de una creciente frustración ante la falta de avances tangibles en cuestiones ambientales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
Además, el informe también documentó que los consumidores están perdiendo la confianza en su propia capacidad para marcar la diferencia.
A nivel mundial, el número de personas que creen que sus acciones individuales pueden tener un impacto positivo en el medio ambiente ha disminuido del 51% en 2021 al 47% en 2024.
En los Estados Unidos, este porcentaje es aún más bajo, con solo un 45% de los consumidores afirmando que sus comportamientos pueden contribuir a mejorar el medio ambiente, frente al 48% en 2021.
"Las marcas deben desempeñar un papel en la educación de las personas, pero el desafío es que la gente sea escéptica sobre sus credenciales ecológicas, ya que más de un tercio o 31 por ciento de los consumidores estadounidenses no confían en que las empresas sean honestas sobre su impacto ambiental, lo que plantea un gran desafío para las marcas", destaca el informe.
Reto para las marcas
Ante esta crisis de confianza, las marcas que se han comprometido con la sostenibilidad se enfrentan al desafío de recuperar la confianza de los consumidores.
Richard Cope destaca que la constante exposición a eventos climáticos extremos y la creciente cobertura mediática sobre los efectos del cambio climático están erosionando la esperanza de que aún se pueda salvar el planeta.
“Si bien experimentar el cambio climático, sus amenazas existenciales y de salud pública pueden despertar e involucrar a los consumidores, una creciente comprensión de la escala de los desafíos cada vez más apremiantes también puede erosionar el optimismo y crear una sensación de sentirse abrumado”, expuso.
"Si bien la conciencia ha aumentado, también lo ha hecho la sensación de abrumamiento", afirma Cope.
El activismo y la legislación están educando a los consumidores sobre lo que las empresas deberían hacer, pero en muchos casos, este aumento en la educación ha llevado a una sensación de desánimo."
El desafío para las marcas, según Cope, radica en cómo ganarse la confianza de los consumidores en un contexto ahora que han perdido la confianza.
¿Cómo recuperar la confianza del consumidor?
El informe subraya varias estrategias clave que las marcas pueden adoptar para ganar la confianza de los consumidores en cuanto a sus credenciales ecológicas.
Una de las principales recomendaciones es la utilización de etiquetas de sostenibilidad claras y comprensibles.
El 29% de los estadounidenses y el 30% de los consumidores globales prefieren una escala de calificación simple, que clasifique el impacto ambiental de un producto con una escala numérica o un sistema de colores (rojo, amarillo, verde).
Este tipo de etiquetado podría ayudar a los consumidores a tomar decisiones más informadas.
Finalmente, Cope destaca la importancia de vincular la sostenibilidad con la salud personal, especialmente ante la preocupación por los efectos del cambio climático en la salud pública.
"A medida que el cambio climático se convierte en una crisis de salud pública, las marcas deben centrar sus mensajes en cómo los productos sostenibles pueden mejorar la eficiencia, la salud y el bienestar individual, más allá de sus beneficios ambientales generales", concluye Cope.
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