La
digitalización de la agricultura rinde frutos y ya ha podido conseguir algunos de sus objetivos, como adaptar sus
cultivos, garantizar control de procesos y mejorar las producciones.
Las granjas verticales, los cultivos hidropónicos y los aeropónicos ya forman parte de la agricultura del presente y del futuro.
La
inteligencia artificial y el uso de la tecnología en general ha sido una herramienta fundamental en la nueva era de la
digitalización de la agricultura. Esta tecnología ha permitido utilizar algoritmos informáticos para determinar las condiciones óptimas de crecimiento y así maximizar la concentración de
moléculas sabrosas conocidas como compuestos volátiles, de acuerdo con científicos que forman parte de la Iniciativa de Agricultura Abierta de Media Lab del MIT.
Para el 2050 se prevé que la población alcance nueve mil 800 millones de personas, dos tercios de ellas vivirán en áreas urbanas. El reto de estas cifras es construir nuevos modelos de cultivo para producir el suficiente alimento y hacerlo de manera sostenible.
En este sentido, las granjas verticales y los cultivos hidropónicos y aeropónicos son modelos de cultivo que pelean por ser el futuro de la agricultura.
¿En qué consisten estos métodos?
• Las granjas verticales: Es un método no tradicional de la agricultura hacia el cultivo de plantas dentro de edificios de varios pisos o rascacielos, llamados a menudo farmscrapers, derivado del término inglés skyscraper.
• La hidroponía: Utilizado para cultivar plantas usando disoluciones minerales en vez de suelo agrícola. Las raíces reciben una solución nutritiva y equilibrada disuelta en agua con los elementos químicos esenciales para el desarrollo de las plantas, que pueden crecer en una solución acuosa únicamente
• La aeroponía: Es el proceso de cultivar plantas en un entorno aéreo o de niebla sin hacer uso de suelo.
Mayor productividad, menor contaminación
Se ha comprobado que el modelo productivo en granjas verticales es más productivo que la agricultura intensiva de invernaderos. Sin embargo, el principal inconveniente es el gran gasto energético que implica su funcionamiento y automatización. Es por esta razón que algunos científicos no ven con buenos ojos esta práctica.
Una de las líneas de investigación claves es la mejora de la eficiencia energética de las granjas. Se está trabajando en el uso de paneles solares y turbinas eólicas con el objetivo de que sean energéticamente autosuficientes.
Estados Unidos, Japón y Holanda se convirtieron en los primeros países en utilizar las granjas verticales, siendo este último el pionero con la primera granja vertical que operó comercialmente con la compañía Staay Food Group.