El Día Mundial de la Alimentación es un evento promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el claro objetivo de disminuir el hambre en el mundo, propósito que también busca la Agenda 2030 con su meta de hambre cero.
Este año se hace un llamamiento mundial a la solidaridad para conseguir que los alimentos saludables lleguen a todos los rincones del planeta, especialmente a los lugares más desfavorecidos y perjudicados por la crisis del Covid-19. En ese sentido, la FAO emprende diversas iniciativas que garantizan la alimentación y promueven la reducción del hambre y del desperdicio de alimentos.
Indicadores de la alimentación y la agricultura
Según el informe Seguimiento de los progresos relativos a los indicadores de los ODS relacionados con la alimentación y la agricultura correspondientes a 2020, la crisis sanitaria mundial sin precedentes, y sus repercusiones económicas y sociales, está dificultando aún más el logro de las metas de los ODS.
El hambre, así como otras formas de inseguridad alimentaria, está aumentando y la pandemia ha alterado prácticas a largo plazo, como la conservación de los recursos genéticos, y actividades inmediatas como, por ejemplo, los censos agropecuarios nacionales, que resultan esenciales tanto para determinar necesidades inmediatas como para incitar a los agricultores de todo el mundo a aplicar prácticas sostenibles.
Estos censos se han retrasado, aplazado o suspendido en más de la mitad de los 150 países encuestados. Aproximadamente, uno de cada cuatro países afirma que el Covid-19 provocó perturbaciones en sus organismos estadísticos nacionales, y que casi todas las actividades de recopilación de datos resultaron afectadas negativamente, complicando en gran medida la labor de la FAO como organismo responsable de 21 indicadores de los ODS y como organismo que contribuye a otros cinco.
En el informe se evalúan las tendencias actuales y se observa que muchas de ellas se encuentran en una situación de estancamiento, en particular la referencia del hambre conocida como "prevalencia de la subalimentación", que se utiliza para realizar un seguimiento de la meta 2.1 de los ODS.
En relación con muchos de los indicadores, especialmente los destinados a medir la productividad laboral y los ingresos de los pequeños agricultores con vistas a duplicarlos para 2030, se dispone de datos insuficientes para evaluar tanto la situación actual como los progresos realizados.
Ciudades sostenibles con acceso a alimentos saludables
La iniciativa Ciudades verdes de la FAO tiene como objetivo mejorar los medios de vida y el bienestar de las poblaciones urbanas y periurbanas de al menos 100 ciudades (15 metropolitanas, 40 medianas y 45 pequeñas) de todo el mundo durante los tres próximos años, con la expectativa de que mil ciudades se unan de aquí a 2030.
En particular, la iniciativa se centra en mejorar el entorno urbano, afianzar los vínculos entre el mundo rural y el mundo urbano y reforzar la resiliencia de los sistemas, servicios y poblaciones urbanos ante las perturbaciones externas.
Además de garantizar el acceso a un entorno saludable y a dietas saludables procedentes de sistemas alimentarios sostenibles, contribuirá a la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos y a la gestión sostenible de los recursos.
La iniciativa incluye también la creación de una "red de ciudades verdes", que permitirá a ciudades de todos los tamaños, desde megalópolis hasta ciudades medianas y pequeñas, intercambiar experiencias sobre las mejores prácticas, éxitos y lecciones, así como crear oportunidades de cooperación entre dos ciudades.
De esta manera, la FAO mejorará su labor conjunta con las autoridades locales y nacionales, los ayuntamientos y alcaldes, el sector privado, las instituciones académicas y las organizaciones internacionales y colaborará con las comunidades urbanas, en especial con las mujeres y los jóvenes.
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Pérdida y desperdicio de alimentos
La pérdida y el desperdicio de alimentos ha sido otro tema destacado del programa de la reunión ministerial, en la que los países han abogado por una mayor concienciación, prácticas novedosas y enfoques innovadores.
El establecimiento de una base de referencia de la FAO sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos contribuirá considerablemente a cuantificar los progresos y realizar un cambio, en referencia a la edición de 2019 del informe sobre El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA).
Asimismo, señala la intensa colaboración entre la FAO y el G-20 para la creación de la Plataforma técnica sobre la medición y la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos e invitó a los países a sumarse a la celebración del primer Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, el pasado 29 de septiembre.
Desde el comienzo mismo de la pandemia por Covid-19, el organismo viene proporcionando orientación a los países para asegurarse de que las medidas sanitarias y de recuperación no creen obstáculos innecesarios al comercio o alteren las cadenas mundiales de suministro de alimentos.
Esta es también una de las siete prioridades del Programa de la FAO de respuesta y recuperación del la COVID-19, cuya finalidad es facilitar y acelerar el comercio alimentario y agrícola mundial e intrarregional durante la pandemia y después de ella.
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