La autosuficiencia se ha convertido en una característica que los consumidores buscar a raíz de toda la problemática que ha traído consigo la pandemia provocada por el Covid-19, al mismo tiempo, los centros de distribución, proveedores y operadores y el foodservice cuidan al máximo sus recursos y optimizan inventarios, mientras aseguran los protocolos de higiene.
Ha pasado más de un año desde que la pandemia transformó al mundo; en concreto, la industria alimentaria y el foodservice tuvieron que adaptarse a los escenarios que causó el coronavirus, con nuevos hábitos de consumo derivados del confinamiento. Y es que, de acuerdo con datos de La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), tan sólo en México cerraron aproximadamente 120 mil restaurantes de un total de 600 mil.
“La industria alimentaria, desde el cultivo de los alimentos hasta su procesamiento, almacenamiento, transporte y consumo, es un sector clave que experimentó transformaciones importantes e inéditas, pues por un lado vivimos un dramático cierre de lugares, mientras que por otro se incrementaron las compras en línea, el super, así como el delivery”, explicó Luis A. Rodríguez Mastache, director general Simplot México & Centroamérica.
Retos que afrontará el foodservice
Estos cambios continuarán en el futuro, incluso una vez que el país vuelva totalmente a la “nueva normalidad”. De hecho, se espera que la región se recupere a los niveles previos al Covid-19 durante los próximos tres años. De esta manera, los expertos visualizan cuatro grandes retos que afrontará la industria alimentaria:
- Consumidor pandémico: Los consumidores están apelando más a la autosuficiencia, es decir, buscan más aprender a cocinar en casa, lo que generó que en 2020 las visitas a contenidos sobre recetas y cocina aumentara 45%. Todo esto de acuerdo con los resultados del “Informe sobre Bienes de Consumo (Alimentos)”, de Talkwalker.
- Innovación y nuevos negocios: Ante la contingencia, los negocios, empresas y compañías dedicados a los alimentos tuvieron que adaptarse rápidamente. En el caso de los restaurantes, el servicio para llevar pasó a convertirse en el principal canal de venta, así como las opciones de delivery, pago sin contacto o contactless para garantizar las medidas de higiene. Una tendencia que se mantendrá en este sector es el auge de las llamadas dark kitchens (cocinas fantasma), las cuales se habilitaron para producir únicamente comida para su envío a domicilio.
- Logística y alternativas: Durante la pandemia, los centros de distribución, proveedores y operadores de restaurantes se adaptaron a una nueva realidad. Los negocios tuvieron que cuidar al máximo sus recursos, optimizar los tiempos y calcular de mejor manera la cantidad de sus productos. Los alimentos congelados se posicionan como una alternativa para restaurantes que reabran, dark kitchens ya que estos pueden mejorar la administración de los costos de insumos y el inventario.
- Entornos laborales: La pandemia provocó pérdidas de empleo en la industria alimentaria y el foodservice, a la vez que el contexto del confinamiento elevó los índices de estrés, ansiedad y otras afectaciones mentales entre los empleados. De ahí que adoptar prácticas que garanticen entornos laborales sanos es ahora más relevante que nunca. De acuerdo con Great Place to Work, los lugares de trabajo que se enfocan en crear mejores culturas obtienen mayores rendimientos en los resultados, niveles de innovación, satisfacción del cliente, compromiso de los empleados y agilidad organizacional.
“La pandemia nos puso de cabeza, pero nos acercamos al final de este proceso histórico, cuyos efectos en el sector de foodservice aún están por verse. Hoy, es un buen momento para recapitular, aprender de los cambios, incentivar la innovación, seguirse adaptando y mejorar los modelos de negocio en un sector como es el de los alimentos y en un país como México, que actualmente ocupa el segundo lugar en la industria a nivel Latinoamérica”, concluyó Rodríguez Mastache.
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