La legislación que establece los contenidos máximos de contaminantes en alimentos está en constante revisión, tanto para reducir los límites establecidos, como para incorporar nuevos contaminantes, cuya presencia debemos controlar en los alimentos. Recientemente, el Reglamento 1881/2006 fue objeto de varias modificaciones.
La revisión de la regulación afecta, no sólo a la seguridad alimentaria, también se trata de combatir el fraude alimentario. Esto con el propósito de erradicar prácticas fraudulentas. Como la adición de cromato de plomo a la cúrcuma, para el que se establecen contenidos máximos para las especias.
Por último, hay que tener en cuenta que los alimentos afectados por la revisión, y que hayan sido comercializados legalmente antes de la entrada en vigor del Reglamento, podrán permanecer en el mercado hasta el 28 de febrero de 2022.
Contaminantes en alimentos
1. Cadmio
Entre 2009 y 2012, la EFSA estableció que el cadmio es un carcinógeno genotóxico, por consiguiente, su presencia supone un riesgo para la salud pública, De tal forma que recomendó reducir la exposición actual de la población a este contaminante. Por ello, en el presente reglamento se han reducido los contenidos máximos de cadmio en determinados productos alimenticios.
2. Plomo
Las evaluaciones de la EFSA y del Comité Mixto FAO/OMS de expertos en aditivos alimentarios y contaminantes en 2010 señalaron que el plomo puede causar neurotoxicidad para el desarrollo en niños de corta edad. Además de problemas cardiovasculares y nefrotoxicidad en adultos. Expresando ambos su preocupación de que los niveles actuales de exposición alimentaria al plomo afecten al desarrollo neurológico de los fetos, los lactantes y los niños. Por consiguiente, en el reglamento se disminuyen los contenidos máximos de plomo en determinados productos alimenticios.
3. Alcaloides tropánicos
En 2018, la EFSA evaluó la exposición alimentaria aguda a los alcaloides tropánicos en la población de la Unión Europea, concluyendo que se supera la dosis aguda de referencia en varios grupos de población. Esto convierte la presencia de alcaloides tropánicos, en particular la atropina y la escopolamina, en un problema de salud para la población. En el reglamento se reducen los contenidos máximos de alcaloides tropánicos en determinados productos alimenticios.
4. Esclerocios de cornezuelo y alcaloides de cornezuelo
Durante 2017, el organismo evaluó la exposición alimentaria de las personas y los animales a los alcaloides de cornezuelo. Las estimaciones más altas de exposición aguda indicaron una exposición cercana a la dosis de referencia aguda, por lo que el presente Reglamento establece contenidos máximos más estrictos en determinados productos alimenticios.
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