La Fundación ClimateWorks y el Global Methane Hub colaboraron en el informe de Evaluación de Necesidades de Innovación Global (GINA), Food Systems Methane Innovations, el cual proporciona nuevos datos y proyecciones sobre cómo los sectores alimentario y agrícola pueden reducir las emisiones de metano.
El 60% de las emisiones de metano provienen de los sistemas alimentarios mundiales, y reducir el metano en un 30% para 2030 es vital para lograr los objetivos climáticos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Sin embargo, las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado continuamente en los últimos años, con 2021 y 2022 registrando los mayores aumentos en las emisiones de metano jamás registrados, según el referido estudio.
Los investigadores señalan que es posible reducir las emisiones de metano de los sistemas alimentarios en un 75% para 2050 al aumentar las inversiones en innovación en metano de los actuales 20 mil millones a más de 60 mil millones por año para 2035.
Según el informe, la mayor parte de la tecnología necesaria ya existe hoy en día, pero no están distribuidas de manera uniforme. Por lo tanto, dicen que parte del dinero debe destinarse a innovaciones políticas y sociales para difundir estas tecnologías.
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Metano en el sistema alimentario
El sistema alimentario mundial enfrenta múltiples desafíos en las próximas décadas, desde la creciente demanda hasta el cambio climático impactos del cambio. En la actualidad, la FAO estima que cerca del 30% de la población mundial enfrenta inseguridad alimentaria y 3 mil millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable.
La FAO proyecta además que casi el 8% de la población mundial seguirán enfrentando hambre en 2030. Se espera que la población mundial aumente a aproximadamente 9 mil 400 millones en 2050, con la mayoría del crecimiento en los países de bajos y medianos ingresos.
La producción agrícola deberá aumentar significativamente tanto para apoyar el crecimiento de la población y los cambios en los patrones de consumo de alimentos. Debido al aumento de los ingresos en algunos países todos mientras se asegura una nutrición adecuada. También es probable que el cambio climático aumente los riesgos físicos para la producción agrícola.
Por lo tanto, la producción de alimentos deberá aumentar en el contexto de los crecientes impactos climáticos y degradación de los recursos naturales.
Las reducciones en las emisiones de metano del sistema alimentario necesitarán ocurrir junto con la creciente demanda de alimentos de una población en crecimiento y cambios en la dieta.
Los sistemas agrícolas también tendrán que adaptarse a los impactos del cambio climático. Si bien puede haber sinergias entre la adaptación y las medidas de mitigación, también puede haber compensaciones que requieran equilibrio. Esta sección establece la actual contribución del sistema alimentario a las emisiones antropogénicas globales de metano, escenarios futuros para la reducción, y desafíos clave.
Panorama actual de las emisiones de metano en los alimentos
Los niveles actuales de emisiones globales de gases de efecto invernadero son de alrededor de 51 Gt CO2 equivalente (GtCO2e), con metano de la actividad humana representa aproximadamente el 20% de esas emisiones. Alcanzar un objetivo climático de 1.5 °C requiere reducir las emisiones antropogénicas de metano a corto plazo.
En comparación con otros gases de efecto invernadero, el metano es particularmente importante para tratar a corto plazo debido a su vida útil más corta y su mayor potencial de calentamiento. El metano es 20 veces más potente que el CO2 en un período de 100 años. El informe IPCC AR6 concluye que los gases de efecto invernadero profundos (GEI).
Es probable que las reducciones para 2030 y 2040, particularmente para el metano, reduzcan el calentamiento máximo, reduzcan la probabilidad de sobrepasar los límites de calentamiento y conducir a una menor dependencia de las emisiones negativas netas durante la segunda mitad del siglo.
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