Dentro de la industria alimentaria el consumo de energía cobra mayor importancia ya que la climatización y la refrigeración son puntos fundamentales para preservar la inocuidad en los productos. Estos usos son altamente consumidores de energía y, además, presentan altos potenciales de ahorro.
Por ejemplo, hablando concretamente, de los equipos de frío, se requiere de un mantenimiento de una temperatura adecuada, imprescindible para proporcionar una correcta calidad y seguridad al producto alimentario. Esto da lugar a un consumo continuado de energía en este tipo de instalaciones, cuyo perfil de consumo es el más adecuado para implementar proyectos de fotovoltaica para autoconsumo y la cogeneración.
Para Rubén Cruz, socio líder de energía y recursos naturales de KPMG en México, el tiempo y la inversión que se requieren para lograr el ahorro en el consumo de energía, son parte de los objetivos de la industria y de los cuales, se tendría que hacer énfasis y más empeño para alcanzar dicha meta dentro.
Algunos puntos para analizar son estos:
- ¿Cuál es nuestro consumo energético actual y cómo esperamos que sea en el futuro?
- Dentro de la matriz energética nacional, ¿en qué somos dependientes y cuál es nuestro grado de dependencia?
- ¿Cuáles son los riesgos asociados a estas dependencias?
- ¿Qué planes de acción se deben establecer? El primero, para mitigar los riesgos identificados (acceso a importaciones y almacenamiento), incrementando con ello la seguridad energética del país, y el segundo, a mediano y largo plazo, cuya ejecución acerque a la nación, de manera continuada y sostenida, a la autosuficiencia energética, reconociendo que lograrla atravesaría varios periodos de administración federal.
La energía y la relación con la generación distribuida en la industria alimentaria
La generación distribuida, es aquella que se produce y consume en el mismo sitio, es la única de las opciones dentro de la energía solar que sigue adelante a pesar de la aprobación de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) y que es mayormente utilizada en la industria alimentaria.
La generación distribuida, acompañada de paneles solares, es una ventana de oportunidad que reduce costos, genera menos impacto ambiental y disminuye la carga en las empresas que lo instalan y es por ello que puede ser una opción para la industria alimentaria.
Este tipo de energía, al no tener implicaciones negativas tras la reforma a la LIE, tendría un costo inferior a la generada por Comisión Federal de Electricidad (CFE), ya que se cotiza más o menos entre los 20 y 25 dólares por megawatt-hora.
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