La recuperación de los llamados “antiguos alimentos” o “former foodstuffs” ofrece una alternativa para mitigar el impacto ambiental de la producción alimentaria, así como el desperdicio alimentario.
Según el Catálogo de materias primas para piensos (Reglamento (UE) 2017/1017A) este tipo de productos alimenticios, que han sido elaborados para el consumo humano y cumplen con la legislación alimentaria de la Unión Europea (UE), ya no son clasificados o considerados aptos para su consumo por problemas logísticos o defectos en el envasado.
Pero pesar de su condición o apariencia, los llamados antiguos alimentos no representan un riesgo para la salud y pueden ser reutilizados para la alimentación humana en muchos casos. Otra alternativa es la reutilización para la alimentación animal.
“Alimentos, distintos del reflujo de catering, que se fabricaron para el consumo humano en pleno cumplimiento de la legislación alimentaria de la UE, pero que ya no están destinados al consumo humano por razones prácticas o logísticas o debido a problemas de defectos de fabricación o envasado u otros defectos y que no presentan ningún riesgo para la salud cuando se utilizan como pienso”, señala.
La Antigua Asociación Europea de Procesadores de Alimentos (EFFPA) explicó que una galleta rota o una barra de pan entran en esta clasificación.
Lo anterior porque aún siguen conservando su valor en el mercado de consumo humano aún cuando no conservan la apariencia o presentación estipulada por los estándares alimentarios comerciales.
Es así como literalmente se convierte en "antiguos alimentos", pero conservan un valor nutricional para fines de alimentación animal.
Aprovechando las pérdidas
A nivel de fabricación de alimentos, señala la EFFPA,” siempre hay pérdidas de alimentos involuntarias e inevitables que impiden que los alimentos lleguen al mercado de consumo humano”.
Precisa que hay muchas razones por las que un fabricante de alimentos considera que un alimento no es apto para el consumo humano, tales como:
- Errores de producción que generan productos dañados o intermedios
- Errores de producción que provocan que la forma, coloración, aromatización o etiquetado de los productos sean incorrectos
- Excedentes de festividades de temporada y eventos deportivos (Navidad, Pascua, Día de San Valentín, Copa Mundial de Fútbol)
- Vencimiento de la fecha de venta interna
- Excedentes causados por problemas logísticos en la entrega diaria
- Excedentes causados por la terminación de una línea de productos alimenticios
Por lo que su recuperación de los antiguos alimentos ofrece una alternativa para mitigar el impacto ambiental de la producción alimentaria.
Con la implementación de estas regulaciones, la UE espera no solo reducir el desperdicio, sino también fomentar un cambio cultural en la percepción de lo que supone el rescate de alimentos.
El Catálogo de Materiales para Piensos aclara que los antiguos alimentos son inherentemente diferentes de los residuos de catering, cuyo uso en piensos está prohibido en la UE.
En cuanto a los subproductos animales, solo se permiten los antiguos alimentos que contienen o se derivan de leche, huevos, miel y gelatina porcina.
Desperdicio, una preocupación latente
Datos de la EFFPA indican que casi 59 millones de toneladas (131 kg/habitante) de alimentos se desperdician al año en la UE, equivalente a un valor de mercado de 132 mil millones de euros. Por ello, la UE está tomando medidas.
De este desperdicio de alimentos, el 53 por ciento es generado por los hogares, seguido por el sector de procesamiento y fabricación, con un 20 por ciento.
Ante ello, la UE se ha propuesto reducir la generación de residuos de alimentos en un 10 por ciento, en procesamiento y fabricación, y en un 30 por ciento en el comercio minorista y el consumo, que incluye restaurantes, servicios de alimentos y hogares.
“La EFFPA acoge con satisfacción la publicación de los Objetivos de Reducción de Residuos de Alimentos como una oportunidad para que la cadena de valor de los alimentos se comprometa con el antiguo sector de procesamiento de alimentos para beneficiarse de la solución de alimentación animal para prevenir el desperdicio de alimentos”, destacó la EFFPA.
Esta Asociación señaló que la conversión de pérdidas de alimentos en ingredientes seguros para la alimentación animal es una estrategia relevante para apoyar este esfuerzo. Lo anterior porque permite procesar alrededor de 5 millones de toneladas de "antiguos alimentos" cada año en el continente.
“La adopción de los Objetivos de Reducción de Residuos de Alimentos por parte de la Comisión Europea apoya el papel que desempeñan los piensos y, en particular, el antiguo procesamiento de alimentos en la valorización de los alimentos que ya no están destinados al consumo humano como solución de prevención de pérdidas de alimentos y un apoyo relevante en la estrategia de autonomía de los piensos”, destacó.
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