La Unión Europea (UE) tiene el objetivo de reducir las emisiones de CO₂ al 90% para 2040, lo que implica hacer varios cambios en el estilo de vida de las personas como la reducción del consumo de productos de origen animal.
La propuesta fue dialogada con agricultores en medio de las protestas que tienen algunas semanas y en donde Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE), anunció que también quieren reducir el uso de plaguicidas químicos a la mitad antes de 2030.
La información fue a dada a conocer por el portal de noticias EFE, quien señaló que lo anterior fue plasmado en la Memoria Económica que incluye 605 páginas en las que se reconoce el esfuerzo agrícola que esto representaría para alimentar a toda la población.
La lucha de la UE por mitigar emisiones de CO₂
La presidenta de CE destacó que si bien, alcanzar los recortes de emisiones requeridos por la agricultura parece factible, si se analiza la evolución de las últimas tres décadas, la falta de avances sustanciales en los últimos años es motivo de preocupación y exige un cambio.
Entre los puntos más destacados de esta medida se encuentra la reducción del 55% de emisiones para 2030, que supondría un recorte del 78% de CO₂ respecto a 1990.
El segundo punto presume una reducción de al menos 85% y confía en el despliegue de tecnologías como la captura de carbono y los combustibles electrónicos y reducciones sustanciales en el sector terrestre.
Además, las emisiones en el sector agrícola que no son CO₂, como el metano, también serán parte de la meta con un recorte del 90%, mediante un mayor desarrollo de las mencionadas tecnologías.
La reducción de productos de origen animal tendrá beneficios para la salud
Estudios internacionales liderados por investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública han confirmado el potencial preventivo de la dieta mediterránea frente algunos cánceres comunes en la población europea.
La relación que este beneficio tiene con la dieta mediterránea radica en que contiene pocos productos de origen animal, sobre todo, carnes. Además, aprovecha al máximo vegetales, especias, frutas y leguminosas.
Aunado a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado a la carne procesada como “carcinógena para los humanos” y la carne roja como “probablemente carcinógena”.
Las alternativas proteicas serán aliadas en la alimentación
Dentro de la postura de la reducción de CO₂ se suman las nuevas tecnologías que están desarrollando alternativas proteicas de origen vegetal que podrían remplazar la alimentación tal y como es conocida hoy en día.
En todos los sectores de la industria de bebidas y alimentos han nacido opciones que buscan satisfacer las necesidades nutricionales y de sabor que son pilares para el interés de los consumidores.
Dentro de las alternativas proteicas que se encuentran, el de la carne cultivada ha abierto un gran debate entro los 27 países de la UE, en donde sólo dos, Reino Unido y Suiza, ya están listos para comenzar su producción y comercialización.
Impuesto a la carne para bajar su consumo
La coalición de Países Bajos True Animal Protein Price (TAPP), recientemente expusó sus argumentos sobre la tentativa de poner un impuesto a la carne por los factores ecológicos que genera.
Al respecto, Jeroom Remmers, director de TAPP, explicó que con ese impuesto, la demanda de carne bajaría y también lo harían los precios del producto.
De acuerdo a encuestas presentadas por la misma coalición: franceses, alemanes y holandeses estarían dispuestos a pagar este impuesto si es que ayuda a mejorar los esfuerzos de bienestar animal y bajar el impacto ambiental.
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