Investigadores de la Universidad de Tulane de Louisiana revelan diferencias significativas en la huella ambiental y la densidad nutricional de las dietas populares.
La dieta pescetariana fue la más nutritiva, seguida de las dietas vegetarianas y veganas. La omnívora salió en medio, y las dietas menos nutritivas fueron la cetogénicas y paleo, también responsables de las mayores emisiones de carbono.
Los científicos señalan que nadie había comparado las dietas más comunes entre sí utilizando un marco común; por el contrario, son elegidas por individuos, en lugar de prescritas por expertos. Debido a esto se sospecha que los impactos climáticos negativos de las dietas omnívoras están centrados en la carne.
Diferencias nutricionales
Los datos se midieron asignando valores de puntos basados en el índice federal de alimentación saludable, que mide cómo las dietas se alinean con las recomendaciones de las pautas dietéticas para los estadounidenses.
La dieta paleo (evitar granos y frijoles mientras favorece la carne, las nueces y las verduras) ocupó el segundo lugar en términos de menor densidad nutricional después de la dieta cetogénica (comer grandes cantidades de grasas y proteínas evitando los carbohidratos).
La dieta más común, la omnívora, fue seguida por el 86% de los participantes de la encuesta y se sentó directamente en el medio en términos de calidad nutricional y sostenibilidad ambiental.
Los investigadores también destacan que tanto la calidad nutricional como las emisiones de carbono mejoraron cuando las dietas omnívoras se cambiaron por dietas mediterráneas y al reducir la ingesta de carne grasa.
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Huellas ambientales
La dieta cetogénica generó 3 kilogramos de dióxido de carbono por cada mil calorías consumidas. La paleo estaba un poco atrasada con 2.6 kilogramos por cada mil calorías. En tanto que la vegana demostró ser la más amable con el planeta, pues por cada mil calorías consumidas, generó 0.7 kilogramos de dióxido de carbono, seguida de la alimentación vegetariana y pescetariana.
El cambio climático es posiblemente uno de los problemas más apremiantes de este tiempo, y muchos consumidores están interesadas en pasar a una dieta basada en plantas. Según los resultados, eso reduciría su huella y sería generalmente saludable. La investigación también muestra una manera de mejorar su salud y huella sin renunciar a la carne por completo, señalan los científicos.
Un estudio respaldado por las Naciones Unidas en 2021 encontró que el 34% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del sistema alimentario actual y la mayoría de la producción de alimentos. Mostró que la producción de carne de res es responsable de 10 veces más emisiones que la producción de pollo y más de 20 veces mayor que la producción de nueces y legumbres.
Recientemente, investigadores de la Universidad de California demostraron que las dietas más saludables también tienen un impacto positivo en las huellas ambientales y que hacer sustituciones simples en cualquier dieta puede ayudar a las personas y al planeta a mejorar la salud.
Finalmente, se estima que en el futuro la investigación examinará cómo las diferentes políticas afectan los resultados y cómo podrían ayudar a la sociedad a pasar a dietas más saludables y respetuosas con el medio ambiente.
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