La alimentación está en el centro de uno de los mayores desafíos: ¿cómo alimentar a una población en crecimiento y al mismo tiempo gestionar la acelerada degradación ambiental del planeta? Es importante que la población mundial tenga el derecho a comer alimentos equilibrados, saludables y nutritivos. Es decir, se necesita una nutrición sostenible.
La nutrición sostenible se define como la capacidad de los sistemas alimentarios de proporcionar energía suficiente y nutrientes esenciales para mantener la buena salud de la población sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus necesidades nutricionales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) describe la dieta sostenible como un patrón alimentario que promueve todas las dimensiones de la salud y el bienestar. Tiene un bajo impacto ambiental, es accesible, asequible, segura y equitativa; y es culturalmente aceptable.
El desafío multifacético de proporcionar una nutrición adecuada a una población mundial en crecimiento y al mismo tiempo reducir los impactos ambientales y sociales negativos es uno de los problemas más urgentes para la industria alimentaria.
Principales desafíos
En el Webinar Comprender la nutrición sostenible, organizado por el Instituto de Salud y Nutrición de Kerry (KHNI por sus siglas en inglés) destacó que existen diversos desafíos para proporcionar una nutrición adecuada a una población mundial en crecimiento. Y al mismo tiempo reducir los impactos ambientales y sociales negativos es uno de los problemas más urgentes. Estos desafíos son:
- Nutrición
Actualmente, hay alrededor de 2 mil millones de hombres, mujeres y niños que padecen sobrepeso u obesidad, mientras que casi 735 millones de personas sufren desnutrición.
El aumento de enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta, como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes de tipo 2, es exponencial, lo que ejerce presión sobre los sistemas de salud y reduce la calidad de vida.
En ese sentido, los especialistas señalan que se prevé que la población mundial alcance casi los 10 mil millones de personas en 2050, lo que pone de relieve la urgente necesidad de un cambio.
- Planeta
Está bien establecido que los actuales medios de producción mundial de alimentos están agotando los recursos finitos de la Tierra. Alrededor de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) se atribuyen al sistema alimentario.
Lo que contribuye al cambio climático que afectará la capacidad de producir alimentos de manera eficiente en el futuro. A esto se suman la deforestación, la desertificación del suelo y la pérdida de biodiversidad.
Además, un tercio de todos los alimentos producidos a nivel mundial se desperdician. Este desperdicio no solo desperdicia recursos valiosos, sino que también empeora el desafío de alimentar al mundo de manera adecuada.
- Económico y social
El aumento del costo de vida y la inflación agravan aún más los problemas que enfrentan las personas y las sociedades.
Si bien el impacto del cambio climático es global, quienes son más vulnerables a sus efectos son las personas que viven en los países más pobres del mundo, debido a que cuentan con recursos financieros limitados para hacer frente a los desastres y a una fuerte dependencia del clima y los recursos naturales para su sustento.
El informe del Índice Mundial del Hambre 2023 destaca que 43 países padecen actualmente niveles graves o alarmantes de hambre, y que las partes de África al sur del Sahara y el sur de Asia tienen los niveles más altos de hambre y son las más vulnerables a futuras crisis.
Un sistema alimentario sostenible y asequible es esencial para superar estas cargas sociales y económicas.
Finalmente, la industria de alimentos y bebidas tiene un papel fundamental que desempeñar en la promoción de la nutrición sostenible. Por ello, las empresas del sector pueden adoptar diversas medidas para reducir su huella ambiental y social, a la vez que ofrecen productos nutritivos.
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