El beta-glucano de avena ha estado desde hace mucho en la mira de aquellos especialistas que estudian los productos dietéticos y nutricionales.
En 1997, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) aprobó una reivindicación sobre la salud que afirmaba que “una dieta con alto contenido de fibras solubles provenientes de avenas integrales (salvado de avena, avena cruda y harina de avena) y baja en grasas saturadas y colesterol, puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares”.
A fines de 2010, el Panel de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre Productos Dietéticos, Nutrición y Alergias expidió un positivo dictamen en virtud del Artículo 14 de la Reglamentación Nº 1924/2006 en cuanto a que “se ha comprobado que el beta–glucano de avena reduce el nivel de colesterol en sangre. La disminución del colesterol en sangre puede reducir el riesgo de enfermedades coronarias”.
Para sustentar esta afirmación, los alimentos deben aportar como mínimo tres gramos de beta-glucano de avena por día.
Controversia en torno al beta-glucano de avena
Se ha criticado a la EFSA por rehusarse a conceder numerosas reivindicaciones sujetas a los Artículos 13.1 y 13.5 (relativas a funciones generales y a nuevas funciones para la salud, respectivamente) y al Artículo 14 (concernientes a la disminución de los riesgos de enfermedades y desarrollo o salud de los niños) y por la aparente demora en cuanto a la revisión y consulta sobre diversas reivindicaciones.
La reivindicación original sobre el beta-glucano de avena, concedida en noviembre de 2010, se presentó ante la EFSA en 2008 y motivó diversas rondas de consultas que culminaron en un resultado positivo, si bien exigieron considerable paciencia por parte de los interesados.
El dictamen favorable se fundó en elementos clave relacionados con el beta-glucano, su caracterización, medición, importantes resultados para la salud, disponibilidad de un biomarcador apropiado en cuanto a sus beneficios para la salud y, por último, la realista dosis requerida.
Cumplimiento de los requisitos de la EFSA
En primer lugar, el beta-glucano se encuentra bien caracterizado. Se trata de un polisacárido de origen natural, no digerible y sin almidón, compuesto por moléculas de glucosa en polímeros lineales largos con enlaces mixtos de beta (1→3) y beta (1→4). Estos enlaces le permiten formar soluciones viscosas importantes para su función fisiológica. Posee naturalmente un peso molecular de alrededor de 2000 kDa en las avenas que le sirven de fuente, pero dicho peso puede reducirse a menos de 100 kDa en algunos alimentos una vez que se los procesa.
El beta-glucano se encuentra en las avenas en niveles que oscilan entre el 5 y el 10%, pero cuando está concentrado en el salvado de avena, particularmente como ingrediente comercial, este nivel puede aumentar a más del 20% sin que ello implique una significativa disminución del peso molecular.
Son estas avenas integrales comerciales agregadas a alimentos las que fueron objeto de diversas reivindicaciones sobre la salud por parte de los miembros de la Unión Europea y de muchos otros países del mundo. El dictamen de la EFSA incluye al salvado de avena producido y agregado a alimentos.
El hecho de que el ingrediente haya sido objeto de exhaustivos estudios significa que también se ha elucidado un mecanismo viable de acción e incluso la caracterización de los factores que podrían afectar esta bioactividad. El mecanismo de acción aceptado por la EFSA consiste en que la mayor viscosidad en el intestino delgado disminuye la reabsorción de los ácidos biliares, provocando una mayor síntesis de éstos del colesterol y la consiguiente reducción de las lipoproteínas circulantes de baja densidad (LDL) o ‘colesterol malo’, como se lo denomina corrientemente.
El mecanismo, dependiente de la viscosidad, implica que todo procesamiento del ingrediente crudo o los cambios subsiguientes causados por su incorporación a productos alimenticios, puede afectar la efectividad del beta-glucano como agente reductor del colesterol. La viscosidad del beta-glucano depende de su concentración, peso molecular y solubilidad en solución.
De importancia crítica para el éxito, la reivindicación presentada ante la EFSA sobre los efectos reductores del colesterol define un biomarcador muy específico del colesterol total y del colesterol LDL.
Los investigadores dedicados exclusivamente a reivindicaciones sobre la salud de los alimentos reconocieron que dicho biomarcador es apropiado para detectar enfermedades, ya que un elevado LDL se asocia con un mayor riesgo de afecciones coronarias y su reducción disminuye la incidencia de enfermedades en la población en general.
Esto es particularmente aplicable en Europa y en los países del mundo occidental en los que las afecciones cardíacas son las principales causas de mortalidad y morbilidad. Un nivel elevado de colesterol total y de colesterol LDL es un factor de riesgo de tales enfermedades que puede modificarse en gran medida.
Contra la hipercolesterolemia
El solicitante de la aprobación de la reivindicación sobre los beneficios para la salud del beta-glucano de avena logró identificar como población blanco a la “población en general, pero en particular a quienes están expuestos a un mayor riesgo de hipercolesterolemia”.
El último elemento de esta exitosa reivindicación con respecto a la salud se vincula con la viabilidad del consumo de beta-glucano, ya que la dosis identificada de por lo menos 3 gramos puede ser consumida razonablemente como parte de una dieta regular.
Si bien la dosis, consumida como avena cruda o en papilla, puede implicar el consumo de grandes porciones de cereal relativamente espeso, la oferta omnipresente del salvado de avena y de productos que lo contienen se traduce en componentes de menúes razonablemente atractivos para todo consumidor consciente de su salud.
La documentación de la EFSA también identifica alimentos mencionados en diversos estudios que demuestran beneficios asociados con la reducción del nivel de colesterol, entre los que figuran cereales para el desayuno, galletitas, pan, barras de cereal, muesli, bollos o panecillos (muffins), pastas y polvos.
Preguntas frecuentes
El Panel de la EFSA concluyó que la viscosidad era esencial para el mecanismo de acción, siendo esta la razón por la que los estudios realizados con un beta-glucano de bajo peso molecular (baja viscosidad) habían fracasado en demostrar sus efectos fisiológicos a la propuesta dosis de tres gramos.
En la medida en que logren identificarse nuevas investigaciones sobre los requisitos precisos de funcionalidad, mayor será la posibilidad de que tal advertencia pueda hacerse valer con respecto a futuras reivindicaciones sobre la salud.
Mientras tanto, los consumidores, en especial los que desean reducir su nivel de colesterol sérico, pueden confiar en que una dieta que contenga beta-glucano de avena puede aportar beneficios para la salud que han satisfecho el riguroso proceso de aprobación de la EFSA.
Por su parte, también podrán lograr resultados exitosos ante la EFSA los fabricantes que cuenten con un ingrediente específico que actúe en función de un mecanismo conocido para aportar un beneficio para la salud, medible en términos de resultados o de factor de riesgo modificable.