El cumplimiento de la legislación alimentaria en materia de calidad y seguridad alimentaria es fundamental. Aunque hoy en día es importante equiparar el mantenimiento de las certificaciones de seguridad alimentaria voluntarias por parte de los operadores.
Por un lado, existen una serie de obligaciones legales que se derivan de las disposiciones legales de obligado cumplimiento. Y por otro, las servidumbres a las que obliga el sector mediante la necesidad de contar con las certificaciones o normas voluntarias que exigen los clientes.
Certificaciones obligatorias y voluntarias de seguridad alimentaria
Es importante distinguir entre los elementos obligatorios y los voluntarios en el ámbito de la regulación y normativa en materia de seguridad alimentaria. Las normas, protocolos o certificaciones son elementos voluntarios que el operador alimentario asume como parte de su actividad y para responder a las exigencias de sus clientes.
En la otra cara de la moneda, existen los elementos de obligado cumplimiento que se derivan de la legislación alimentaria y que todos los operadores tienen que respetar.
En ocasiones, desde los departamentos de calidad y seguridad alimentaria de las industrias agroalimentarias se da más relevancia al posible riesgo a no lograr superar la auditoría de la certificación que corresponda en cada momento, que al cumplimiento de la legislación vigente.
Se trata de considerar la integración entre la legislación alimentaria y las certificaciones de seguridad alimentaria. Es importante verlo de forma conjunta pues en ocasiones, la adecuada respuesta ante una cuestión que surge en la auditoría anual para renovar la BRC o IFS, por ejemplo, dependerá de la adecuada interpretación de la legislación.
Es decir, la respuesta a una cuestión que plantea el auditor depende de cómo se interpreta la legislación y para ello, conviene contar con asesoramiento legal especializado.
Interpretar adecuadamente la legislación alimentaria
Es imprescindible un adecuado conocimiento, aplicación e interpretación de la legislación alimentaria, teniendo en cuenta las distintas situaciones que se producen alrededor de la seguridad alimentaria y los elementos voluntarios u obligatorios que repercuten en el día a día de las industrias alimentarias.
Es necesario tener en cuenta que las obligaciones asumidas ante peticiones o solicitudes de clientes no siempre están basadas en exigencias legales. En ocasiones dichas solicitudes son más restrictivas que los propios requisitos legales, aunque se asumen en el marco de las relaciones contractuales.
Un ejemplo son los requisitos que se plantean en relación con los límites máximos de residuos de plaguicidas en productos hortofrutícolas destinados a otros países de la Unión Europea.
Pues se está ante las exigencias de grandes cadenas de distribución de alimentos de países que trabajan con certificaciones privadas como QS, IFS, Global GAP, BRC o la ISO 22000.
Certificaciones de seguridad alimentaria privadas
Una de las certificaciones privadas en materia de seguridad alimentaria es la QS (Qualität Sicherheit) en materia de calidad para la elaboración, transformación y comercialización de productos alimenticios frescos.
Las certificaciones privadas no están siempre en posesión de la verdad absoluta a la hora de interpretar la legislación alimentaria y por ello es conveniente contar con asesoramiento especializado, tanto desde el punto de vista legal, como desde el punto de vista analítico.
Tanto para productores, centrales de operadores logísticos, manipuladores y distribuidores contar con un agente asesor especializado que pueda garantizar el cumplimiento de la seguridad alimentaria tanto desde el punto de vista legal, recomendaciones técnicas, análisis y procesos es crucial a la hora la toma de decisiones.
Certificación QS (Qualität Sicherheit)
Todos los participantes del sistema QS son conscientes de que la única forma de alcanzar su objetivo - producir y comercializar de forma eficiente alimentos frescos seguros – es que toda la cadena de valor colabore conjuntamente.
El aseguramiento de la calidad en el sistema QS para alimentos frescos seguros está basado en tres niveles de control que interactúan entre sí:
- El primer nivel de control lo constituye el control interno, donde son las propias empresas quienes se encargan de supervisar, cumplir y documentar minuciosamente todos los requisitos exigidos por QS.
- El segundo nivel de control del sistema QS tiene dos pilares fundamentales: el control independiente (auditoría) de las empresas por parte de auditores cualificados y la participación de las empresas en los programas de monitoreo.
- El tercer nivel es controlar al controlador. Por medio de un Sistema Continuo de Control Interno (SIKS por sus siglas en alemán), QS avala que el aseguramiento de la calidad funcione perfectamente desde el productor hasta el mostrador de la tienda. De esta forma pone a prueba el trabajo de los organismos de certificación, auditores y laboratorios.
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