El 3 de julio de 2025, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía de Argentina publicó la Resolución N°119/2025, mediante la cual derogó 28 normas históricas de la cadena ganadera, 20 emitidas por la extinta Junta Nacional de Carnes (1978‑1991) y 8 por la ex‑ONCCA (2001‑2011).
Esta medida se enmarca en un ambicioso plan de simplificación normativa que busca modernizar el sector, mejorar su competitividad y reforzar la relación del Estado con actores como frigoríficos, exportadores y productores.
El sector cárnico es un pilar clave de la economía argentina, con más de 3 mil frigoríficos, más de 5 millones de cabezas faenadas anualmente, y exportaciones que alcanzaron 1.4 millones de toneladas valuadas en más de 4 mil millones de dólares en 2024.
Para las empresas del sector, este tipo de reforma representa una oportunidad para repensar procesos, optimizar costos, digitalizar la cadena y cumplir con los estándares globales cada vez más exigentes.
¿Qué es la Resolución 119/2025?
La Resolución 119/2025 fue dictada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina (SAGyP), dependiente del Ministerio de Economía, y oficializada en el Boletín Oficial el 2 de julio.
Todas estas normas, en su mayoría, regulaban precios de referencia, horarios de faena, registros de corrales, martilleros, remates y controles que hoy se consideran desactualizados o redundantes.
Estas normas fueron derogadas por estar en desuso, ser no aplicables en el marco actual y distintas al funcionamiento real de la industria, y sobre todo porque obstaculizan la competitividad.

¿Por qué se derogaron estas normas?
a) Obsolescencia normativa
Muchas de las normas datan de entre 30 y 60 años atrás y no se aplican ni se monitorean: desaparecieron organismos como la Junta Nacional de Carnes y la ONCCA, o sus funciones fueron reasignadas.
b) Superposición con legislación moderna
La digitalización, trazabilidad contemporánea y sistemas electrónicos nacionales han dejado sin sentido normas que imponían registros manuales, horarios fijos de faena o restricciones de precios.
c) Agenda de simplificación
Esta acción es parte de un plan más amplio que ya eliminó el régimen de precios de referencia para bovinos, el horario obligatorio de faena y requisitos arancelarios para exportadores. Busca dejar un marco regulatorio ordenado, accesible y previsible.
d) Impulso al sector económico
La iniciativa forma parte del Decreto N°70/2023, que promueve la desregulación del comercio y la eliminación de barreras artificiales para fomentar inversiones.
Impacto para el sector cárnico argentino
Frigoríficos y plantas de faena
- Simplificación de trámites: ya no deberán cumplir con registros de corrales, romaneos o martilleros manuales; ahorrarán tiempo y recursos.
- Reducción de costos operativos, al eliminar exigencias redundantes y evitar multas administrativas.
Productores ganaderos
- Mayor libertad contractual: sin el control de precios referenciales, ganaderos pueden negociar directamente con frigoríficos.
- Menos supervisión innecesaria, reduciendo gastos y burocracia.
Exportadores
- Mayor predictibilidad normativa y menos aranceles y requisitos innecesarios, lo que mejora competitividad.
- Mejor acceso a mercados globales: eliminar barreras normativas es un requisito en varios acuerdos internacionales.
Estado y fiscalización
- La SAGyP y el Estado pueden destinar recursos a controles más relevantes: inocuidad, sanidad y trazabilidad digital.
- Se fortalece la transparencia al migrar hacia registros digitales y un marco regulatorio único.
Cifras del impacto
- 10 % de reducción estimada en costos administrativos por parte de las grandes plantas frigoríficas, según el sector.
- Exportaciones de carne bovina en 2024 alcanzaron 1.4 mil millones de toneladas en un entorno más previsible podría aumentar esto en un 5 7 % anual.
- Se espera inversión extranjera nueva por más de 500 millones de dólares en los próximos dos años, dado el atractivo mejorado.

Modelo argentino de simplificación cárnica inspira a reguladores en América Latina. Foto: Freepik
Relevancia para la industria alimentaria regional
Alineación con estándares internacionales
Eliminar normas redundantes mejora la armonización con Codex Alimentarius, OMC, UE y China, facilitando aprobaciones de plantas y acuerdos sanitarios.
Modelo replicable en LATAM
Países como Uruguay y Brasil han avanzado hacia marcos más simples. Argentina ofrece un caso de éxito: 28 normas eliminadas con un enfoque técnico basado en digitalización.
Oportunidad para proveedores
Empresas de empaques, trazabilidad, software, logística y sanidad animal pueden establecer ofertas de valor para responder a las nuevas necesidades del sector cárnico en modernización.
Competitividad regional
Con menor burocracia, Argentina fortalece su posición frente a otros exportadores, lo que podría presionar a la región a actualizar sus marcos normativos para mantenerse competitivos.
Riesgos, críticas y desafíos
Vacíos regulatorios
Eliminar normas sin protocolos nuevos podría dejar áreas sin supervisión, si no se implementan tecnologías digitales compensatorias.
Resistencia institucional
Administraciones locales, gremios y entes inspectivos pueden oponerse a la falta de regulación rígida respecto a precios y horarios.
Coordinación con SENASA
La SAGyP debe articular con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) para que el control sanitario continúe firme y digital, especialmente en exportación.
Capacidad de adopción sectorial
Pequeños productores y PYMEs necesitan acceso real a soluciones tecnológicas; debe fomentarse asistencia técnica y financiamiento.

Perspectivas para el sector cárnico
La Resolución 119/2025 convierte a Argentina en un referente de reforma regulatoria en la cadena cárnica. Con la derogación de 28 normas obsoletas, se construye un marco más previsible, competitivo y moderno, alineado con estándares globales.
Para los profesionales en el sector cárnico, este cambio implica:
- oportunidades de negocio ligadas a digitalización, trazabilidad, envases especializados y consultoría regulatoria,
- un entorno competitivo que exige adaptación tecnológica e inversión,
- un modelo replicable en toda Latinoamérica.
El próximo paso es la implementación operativa: migración a plataformas digitales, capacitación a productores y articulación entre organismos. El éxito dependerá de una vigilancia eficaz, inversión sostenida y diálogo entre sector público y privado.
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