La economía española fue una de las más afectadas por la pandemia de Covid-19, con una caída del PIB del 10.8 % en 2020. Es por ello que las ventas interanuales del sector del retail en España supusieron una media del -0.01% desde 2001 hasta 2022, alcanzando un máximo histórico del 40.50% en abril de 2021 y un mínimo histórico del -31% en abril de 2020.
Antes de la pandemia, el retail representaba el 4.2% del PIB español, lo que lo convierte en un sector importante para la economía que ha crecido con fuerza en los últimos años (+3.2% anual de media entre 2014 y 2018). También, a lo largo de la pandemia, el comercio demostró ser considerablemente resistente.
El pronóstico para el resto del año sigue siendo prudente. Hay que reconocer que España ha dejado atrás el pico invernal de Covid-19 y que hay señales positivas tanto para la economía como para el turismo que se avecinan. Sin embargo, las sanciones impuestas a raíz de la invasión rusa de Ucrania y la elevada inflación pueden ensombrecer la economía de aquel país este año.
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El impacto de los cierres en el sector retail
Cuando muchos comercios se vieron obligados a cerrar en el primer y único cierre forzoso en España, allá por marzo de 2020, el público que compraba se vio esencialmente obligado a hacerlo por Internet si quería algo más de lo que podía encontrar en los “comercios esenciales”.
Según el último estudio de Sensormatic Solutions, el 52% de los consumidores españoles admite que compró menos en las tiendas en los últimos dos años, pero más en Internet. A medida que España supera el segundo aniversario de su bloqueo nacional, y se reducen las restricciones sociales y de compra, vemos que cada vez más compradores vuelven a sus hábitos de paseo y compra.
El impacto de las restricciones y los cierres en la afluencia de público al comercio minorista es innegable, aunque España sufrió menos que el resto de los países de la Europa continental. Esto se debe al hecho de que sólo tuvo un gran “cierre duro” nacional con el cierre del comercio minorista no esencial. Esto incluyó un estricto distanciamiento social y control de aforo en las tiendas, y se ha animado a los clientes a comprar solos.
La transformación de los minoristas
Los últimos dos años fueron desafiantes para el comercio retail: la digitalización y las nuevas tecnologías proporcionaron una experiencia en línea más inmersiva, las nuevas necesidades y comportamientos de los compradores impulsaron la innovación tanto de los productos como de los modelos de negocio, y el giro hacia las cuestiones más importantes relacionadas con la sostenibilidad, el planeta y la sociedad.
Aunque este tipo de tiendas ya se había probado antes de la pandemia, esta tendencia se ha acelerado mucho en los dos últimos años. El retailer de alimentación Continente ha lanzado este año la primera tienda de comestibles automatizada de Portugal, asociándose con el proveedor de tecnología autónoma Sensei.
A pesar del enorme crecimiento de las ventas en Internet en los últimos dos años, la pandemia también ha demostrado que el comercio físico sigue siendo el formato preferido para comprar. Después de los diversos confinamientos y restricciones, los compradores volvieron a visitar las tiendas.
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