Así como el enlatado revolucionó la conservación de alimentos en el siglo XIX, la llegada del PET en la década de los 70 transformó la industria alimentaria y de bebidas al ofrecer una alternativa al vidrio que era más ligera, económica, resistente y fácil de transportar. El plástico comenzó a incluirse en el empaquetado de miles de productos; sin embargo, en décadas recientes, el aumento de la contaminación y el cambio climático han cuestionado su uso de forma indiscriminada.
Tanto los consumidores como los organismos internacionales han presionado para que las empresas se comprometan a reducir su huella ambiental y aunque esta demanda aplica para todo tipo de sectores, la industria de alimentos y bebidas ha estado bajo un mayor escrutinio debido a que utilizan plástico en los empaques de muchos de sus productos, pero ¿cómo la automatización puede ayudarles a generar procesos más sostenibles?
Recordemos que el envasado no solo protege el producto, sino que incide en el volumen de residuos sólidos urbanos, la eficiencia del transporte y la posibilidad real de reciclaje. Automatizar procesos como el etiquetado, sellado y compactado de los empaques mejora la seguridad alimentaria, reduce errores humanos y optimiza el uso de recursos. Adicionalmente, incrementa la productividad y puede ser clave para alinear las operaciones con los objetivos de sostenibilidad, normativas sanitarias y principios de economía circular.

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¿Qué es el empaque automatizado y cuáles son sus beneficios?
En términos simples, la automatización del embalaje es un conjunto de sistemas mecánicos y digitales que permiten empacar productos sin la intervención directa de los humanos. Las líneas modernas de empaquetado automático incorporan robótica, sensores inteligentes, visión artificial, algoritmos de IA y plataformas de trazabilidad, permitiendo así lo que hoy se denomina smart packaging lines.
Estos sistemas comenzaron como líneas manuales o semi-automáticas y con el tiempo fueron desarrollándose nuevas tecnologías; por ejemplo, las termoformadoras, encartonadoras o envolvedoras que no sólo aceleran la producción, sino que reducen errores y mejoran la precisión.
Uno de los principales beneficios ambientales de estas herramientas de automatización es la reducción del desperdicio por cortes exactos, menor sobreempaque y adecuación del volumen al producto, también conocido como right-sizing packaging, una estrategia que evita materiales innecesarios y mejora la eficiencia logística.
Otra de sus ventajas, es que permite un uso más controlado y sostenible de los materiales de embalaje, que impactan en la dosificación precisa de adhesivos, tintas o etiquetas e incluso en el uso inteligente de materiales reciclables que contribuyen a minimizar el impacto ambiental.
Por ejemplo, integrar impresoras de etiquetas en tiempo real durante el empaquetado permite incorporar información como fecha de caducidad, lote o instrucciones de trazabilidad, reduciendo errores de etiquetado y facilitando la gestión del ciclo de vida del producto, de acuerdo con información de STG Perú.
Además, tecnologías como las rotocompactadoras automáticas o los sistemas de enfajillado han demostrado ser eficaces en reducir volumen de residuos, según datos de Recytrans.

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Ecodiseño y automatización: aliados en la reducción de residuos
Si bien el diseño ecológico o ecodiseño de envases busca minimizar el impacto ambiental desde la etapa conceptual, la automatización no es un obstáculo, sino un catalizador para aplicar estas innovaciones de forma escalable y rentable.
Como señala Southern Technology Group, los sistemas automatizados actuales se adaptan a empaques rediseñados, ya sean más delgados, compostables o de geometrías no convencionales y gracias a su flexibilidad, pueden operar con diversos tamaños, formas y materiales sin sacrificar velocidad ni calidad.
Asimismo, el compactado automatizado, el uso de empaques secundarios optimizados (como bandejas agrupadas o film estirable) y la automatización colaborativa permiten una gestión más eficiente del espacio en transporte y almacenamiento, lo que reduce emisiones y costos logísticos.

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Automatización para el reciclaje
Llegamos al reciclaje, una de las mayores preocupaciones y demandas por parte de los consumidores, pero ¿cómo puede ayudarnos la automatización en esta fase? Tecnologías como etiquetas inteligentes, códigos únicos o RFID permiten que los materiales sean correctamente identificados y clasificados al finalizar su vida útil.
Los centros de reciclaje también pueden beneficiarse de la automatización. En plantas como la de Hostalets de Pierola, en España, se ha utilizado visión artificial basada en IA para monitorizar en tiempo real los flujos de residuos, de acuerdo con Ecoembes. Esta tecnología, desarrollada entre 2017 y 2019 con apoyo de la Unión Europea, sentó las bases para una separación automatizada más eficiente.
Empresas como CoCircular aplican IA para digitalizar la trazabilidad de los residuos, logrando convertir más del 92% de los desechos de construcción en materia prima secundaria, de acuerdo con información de su sitio web. Esto es clave para cumplir objetivos ESG y generar reportes de impacto ambiental verificables.

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Retos actuales y proyección: el camino hacia el Packaging 5.0
Aunque tiene múltiples usos en toda la cadena de producción y post consumo, la automatización aún debe superar varios desafíos para consolidarse como un pilar sostenible de la industria alimentaria:
- Inversión inicial en tecnología y capacitación especializada.
- Disponibilidad y calidad de datos para alimentar algoritmos de IA.
- Compatibilidad regulatoria con normativas locales e internacionales.
- Adopción sectorial desigual, especialmente en pymes de LATAM.
Estos retos deben estar presentes y en lista de resolución por parte de las empresas del sector, porque la automatización ya no es sólo una herramienta de eficiencia operativa, se ha convertido en un instrumento estratégico para alcanzar objetivos de descarbonización, circularidad y cumplimiento regulatorio.