Los envases de plástico se plantean como una de las principales opciones de packaging para todo tipo de productos, ya que presentan ventajas como su bajo peso y su versatilidad.
También son una opción lograr un medioambiente sostenible ya que existe un sistema de gestión de residuos (‘Punto Verde’) diseñado específicamente para la recuperación de los residuos de envase y su posterior valorización (mediante técnicas como reciclado mecánico, reciclado químico, etc).
Estos factores han hecho que la presencia de envases plásticos para alimentos siga una tendencia creciente con el tiempo.
Versatilidad en los envases para alimentos
Para garantizar la correcta funcionalidad de los envases plásticos, éstos se someten a distintos tipos de ensayos, adaptados en cada caso a los múltiples formatos de envase que se emplean para los distintos productos alimenticios: botellas, bolsas, tarrinas, sobres, bandejas, y un largo etcétera que podemos encontrar en el lineal de nuestro supermercado habitual.
Dentro de las verificaciones imprescindibles para garantizar esta funcionalidad, destaca el control de las propiedades físico-mecánicas de los envases.
Estos controles serán los encargados de garantizar que el envase es capaz de resistir los distintos esfuerzos mecánicos durante su vida útil, desde la fabricación del envase hasta su utilización final por parte del consumidor, pasando por las etapas de envasado, embalaje de las unidades de distribución, transporte y almacenamiento.
En función del tipo concreto de envase, se plantean diferentes controles de las propiedades
Bolsa de un solo uso de tipo camiseta
Las bolsas de un solo uso han de cumplir unas características que vienen descritas por la norma UNE 53257-2/1M:1997.
Esta norma contempla las propiedades a verificar en dichas bolsas, junto con los criterios de aceptación de las mismas. Algunas de las propiedades a verificar son dimensiones y masa, resistencia a impacto, esfuerzo y alargamiento a tracción, resistencia a la carga estática y adhesión de las tintas.
Bolsa reutilizable
Los criterios a cumplir por este tipo de producto vienen recogidos en la norma de producto UNE 53942:2012.
Esta norma surge de la iniciativa de los fabricantes de bolsas de plástico de Anaip (Asociación Española de Industriales de plástico), alineados con la creciente concienciación medioambiental de la sociedad. En este plan se propone la reutilización y el fomento del uso de artículos reutilizables, e incluye un objetivo de reducción de consumo de las llamadas bolsas de un solo uso.
Envase tipo tarrina o bandeja pelable
En este caso, a diferencia de los anteriores, no existe una norma de producto específica donde se describan los parámetros a comprobar y los requisitos a cumplir. Por tanto, los controles a realizar sobre este producto se seleccionarán de acuerdo a la función a cumplir por parte del envase.
Detección de fugas: Para evaluar posibles defectos de sellado o poros existentes en el envase. Se puede determinar de diferentes formas: según ASTM F1929-2012 (método de penetración de solución colorante), ASTM F2095-2013 (mediante introducción de presión de aire), ASTM F2096-2011 (introduciendo presión de aire en el envase sumergido en agua para evaluar la generación de burbujas), etc.
Botella de plástico
Al igual que en el caso anterior, no existe una norma específica que detalle todos los controles a realizar sobre este tipo de envases, si bien asociaciones específicas, como el PBI (Plastic Bottle Institute) proponen ciertos métodos de ensayo para estos productos (en especial, para PET).
En este caso concreto, el producto contenido en las botellas también condicionará los ensayos a realizar, ya que, por ejemplo, si el producto contenido es leche, será crítico controlar la opacidad del envase para evitar fenómenos de degradación por efecto de la luz, mientras que si el producto es una bebida carbonatada, serán críticas otras variables, como la resistencia a la presión interna del envase.
De modo general, algunos de los ensayos más comunes que se realizan sobre botella son los siguientes:
- Resistencia a compresión (misma utilidad y norma que en el caso de las bandejas pelables, ya mencionado).
- Resistencia a impacto por caída libre.
- Control dimensional (sobre todo en la zona de rosca, para garantizar el correcto ajuste con el tapón tras el envasado).
- Fuerza de torque: Para determinar la resistencia de cierre/ apertura del tapón. Se determina según la norma ASTM D 2063-2012.
- Resistencia a la liberación de tensiones por medio ambiente activo (stress cracking): Se determina principalmente para botellas que contengan productos químicos, productos de limpieza, etc. Mide la resistencia del envase a la acción simultánea de tensiones mecánicas y disolventes. Existen diversas normas para su determinación, siendo una de las más utilizadas la norma UNE 53975:2007.