El proyecto europeo Funguschain logró desarrollar, con residuos de champiñón, bolsas compostables para compra o basura, láminas de plástico para cultivos. Además de jabones, aceites esenciales y alimentos multiproteicos para personas mayores.
Funguschain está financiado por la Comisión Europea, estudió durante cuatro años y medio las superpropiedades de los champiñones. Y recientemente concluyó su investigación con éxito. Además de los nuevos productos desarrollados, también hizo posible un innovador planteamiento de economía circular que revolucionará el sistema industrial actual.
En Europa, anualmente se generan toneladas de residuos de champiñón que pueden ser revalorizadas y aprovechadas industrialmente. Para ello, el socio del proyecto y productor de champiñones, Monaghan Mushrooms, estableció un centro de tratamiento de residuos de champiñón. El objetivo, es llevar a cabo los procedimientos de estabilización, pretratamiento y extracción en cascada que se investigaron en Funguschain.
Residuos de champiñón, aplicables en varios sectores
El proyecto Funguschain demostró científicamente la amplia gama de posibilidades y los beneficios que ofrecen las moléculas de los residuos de champiñón a nivel social, económico e industrial. Con el aprovechamiento de la materia prima se establece un modelo de economía circular que involucra a toda la cadena de valor de los sectores alimenticio, cosmético y plástico.
Los beneficios de las moléculas de champiñón se dan en la nutrición, ya que sus propiedades pueden ayudar en el síndrome metabólico asociado a la obesidad, entre otras cuestiones. Además, la incorporación de estas moléculas a ciertos alimentos como pan, salchichas o salsa instantánea de champiñones tienen características favorables para la salud. Siendo especialmente interesante para los consumidores vulnerables como los ancianos, al convertirse en suplemento de vitamina B12 o complemento de fuente de proteína vegana.
Más allá de la alimentación, gracias a la implicación y sinergia entre los socios, Funguschain desarrolló distintas tipologías de productos bioplásticos. Se desarrollaron diferentes formulaciones combinando material bioplástico y residuo del champiñón (además de aditivos y biolubricantes. A partir de los que se ha desarrollado una gama de productos biodegradables: bolsas de basura compostables, bolsas para la compra o láminas para cultivos agrícolas.
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