Más de 70 instituciones financieras y empresas publicaron una declaración instando a un ambicioso tratado global internacional y legalmente vinculante sobre la contaminación plástica antes de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) 5.2, celebrada en Nairobi, Kenia, este año.
Los firmantes, que ya apoyan el informe anterior de WWF "The Business Case for a UN Tratado de la ONU sobre la Contaminación Plástica", incluyen a Amcor, Berry, Coca-Cola, Mondelēz International, Mondi, Nestlé, Procter & Gamble, PepsiCo y Unilever.
“Esta transición requiere que los gobiernos se alineen con medidas regulatorias que cubran todo el ciclo de vida de los plásticos, sin limitar el alcance de las negociaciones para abordar solo los desafíos de la gestión de residuos”, indicó Andrew Morlet, CEO de la Fundación Ellen MacArthur.
El tratado de la ONU contra la contaminación plástica
Un nuevo tratado de la ONU es crucial para establecer un alto estándar común de acción para que todos los países lo cumplan, e impulsar la transición a una economía circular para los plásticos a nivel mundial y a escala. Por ello, el Comité Intergubernamental de Negociación presentó una declaración donde se destaca tres cuestiones centrales con la contaminación plástica a nivel mundial:
- El problema de la contaminación plástica es transfronterizo y conduce a impactos negativos significativos en el medio ambiente, la sociedad y la economía mundiales.
- Se necesita urgentemente una respuesta internacional holística y coordinada que aborde los problemas en su origen para detener la fuga de plástico en la naturaleza de manera efectiva.
- Una economía circular para los plásticos contribuirá a abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, al tiempo que traerá impactos sociales y económicos positivos.
Teniendo en cuenta estas tres consideraciones, los signatarios instan a la formación de un Comité Intergubernamental de Negociación en UNEA 5.2 para desarrollar conjuntos de iniciativas y objetivos de política. El comité también se centraría en establecer una dirección clara para alinear a los gobiernos, las empresas y la sociedad civil detrás de un entendimiento común de las causas de la contaminación plástica y un enfoque compartido para abordarlas.
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