Crean nuevo consorcio que utiliza CO2 para producir proteínas para aplicaciones alimentarias, cubriendo las necesidades de la inseguridad alimentaria y la lucha contra las emisiones de efecto invernadero en la agricultura.
La unión para el proyecto se dio por parte de la Fundación Bill & Melinda Gates y la Fundación Novo Nordisk, quienes han asegurado que este es un paso hacia la bioeconomía novedosa que proporciona una producción de alimentos más sostenible, segura y estable.
Inseguridad alimentaria
Claus Felby, vicepresidente sénior de biotecnología de la Fundación Novo Nordisk, advierte que el sistema alimentario mundial está bajo presión, por lo cual se necesita satisfacer las necesidades existentes, sin olvidar la restauración y mitigación del cambio climático.
También señala que el sistema alimentario también es frágil y con los problemas políticos como la de Ucrania el suministro de alimentos a nivel mundial se ha visto afectado.
Experiencia e infraestructura
El consorcio combina la experiencia de Novozymes A/S y Topsoe A/S, dos empresas de biotecnología e ingeniería química, también participa la Universidad de Washington y el Centro de Investigación de CO2 de la Fundación Novo Nordisk (CORC).
Las primeras dos empresas representan la mejor experiencia en escalado y producción a granel para la conversión de CO2 y la fermentación en proteínas, ambas cuentan con la infraestructura relevante para escalar las tecnologías en su disposición.
Con un trabajo de campo de parte de los investigadores y un desarrollo tecnológico que mostrará los resultados del trabajo, para ofrecer regalías para su uso en países de bajos y medianos ingresos.
Forma sustentable de crear proteínas alternativas
La idea básica del proyecto es proporcionar una forma más sostenible de producir proteínas a través de la fermentación, una forma de realizar alimentos que tiene miles de años de ser utilizada.
Mediante procesos biológicos y electroquímicos procesan el CO2 y lo convierten en acetato, que es vinagre, una sustancia que ya está presente en el metabolismo de los microorganismos que se emplea para la fermentación.
De esta manera, el acetato puede producir proteínas que se usan directamente en la alimentación, creando alternativas a las proteínas animales, para reducir la producción de carne y lácteos.
Beneficios de los acetatos
Al crear alternativas proteicas que no son de origen animal, se crea una presión menor sobre los recursos naturales, al usar la tierra para los animales y los cultivos para alimentarlos.
Además, el uso de acetatos derivados de CO2 en el proceso de fermentación, elimina la necesidad de azúcar, que es una parte importante de las fermentaciones, lo que también ocasiona que se liberen áreas agrícolas sustanciales que se usan para esa producción.
Economía rentable
La sostenibilidad va de la mano con una economía rentable, en donde participa la agricultura con la reducción de recursos que afecten la naturaleza.
Para lograr este objetivo, debemos reducir el uso de la tierra para la producción de alimentos y reducir drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero de nuestro sistema alimentario”.
Claus Felby, vicepresidente sénior, Biotecnología, Fundación Novo Nordisk.
También se necesita establecer una producción de bienes y servicios que es fundamental para una sociedad funcional donde las personas puedan vivir con un trabajo digno y acceso a una alimentación completa.
Reducción de CO2 para producir alimentos
Mads Krogsgaard Thomsen, director ejecutivo de la Fundación Novo Nordisk, declaró que al utilizar CO2 para la producción de alimentos sin involucrar el uso de la tierra agrícola, se abordan desafíos globales.
Entre esos desafíos está producir alimentos nutritivos a una población mundial en crecimiento, sin afectar el cambio climático, por lo que la bioeconomía novedosa es una opción sostenible, segura y estable.
Producción de proteínas
La posibilidad de diseñar biología para producir proteínas existe desde hace algún tiempo, pero con esta innovación existe la posibilidad de desarrollarla de una forma completamente neutra, sin transformar el CO2 en proteína, evitando el uso de tierra, agua y fertilizantes.
Lo que brinda un enorme potencial para que las biosoluciones resuelvan los principales problemas mundiales en cuanto a daño ambiental, concluye Claus Crone.