Madrid (EFE) - Casi 57 millones de toneladas de alimentos se desperdiciaron en la Unión Europea (UE) en 2020, unas cifras que Bruselas se ha propuesto combatir con una batería de medidas dentro de su estrategia "De la granja a la mesa".
Los últimos datos de la Oficina Estadística Europea (Eurostat) muestran que alrededor del 10 % de los alimentos que se producen en la UE se pierden por el camino, tanto en la distribución como en los servicios de restauración y en los hogares.
Estas son algunas de las claves de la lucha europea contra el desperdicio alimentario
- Cada ciudadano de la Unión Europea desperdició alrededor de 127 kilos de comida y bebida en 2020, lo que supone un total de 57 millones de toneladas, equivalentes a unos 130.000 millones de euros.
- De esos 127 kilos que no se llegaron a consumir, 70 kilos se echaron a perder en el hogar (el 55 %); 23 kilos en la fabricación de alimentos y bebidas (18 %); 14 kilos en la producción primaria (11 %), 12 kilos en los restaurantes y los servicios de alimentación (9 %); y 9 kilos en la distribución (7 %).
- Alemania fue el país donde más alimentos se desperdiciaron en 2020, con un total de 10,9 millones de toneladas, y Luxemburgo, donde menos, con cerca de 92.600 toneladas.
- El desperdicio en España ascendió a 4,2 millones de toneladas, una cantidad que se distribuye entre los hogares (1,4 millones), la industria manufacturera (1,4 millones), la producción primaria (845.620 toneladas), la distribución (348.219 toneladas) y la restauración (211.410 toneladas), según Eurostat.
- A nivel europeo, el desperdicio alimentario representa un 5 % de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la huella de carbono que supone el consumo total de alimentos en la UE.
- La reducción del desperdicio y las pérdidas de alimentos forman parte de la estrategia comunitaria "De la granja a la mesa", que es una prioridad del Pacto Verde Europeo.
Compromiso y estrategias para combatirlo
- Los países de la UE se han comprometido a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que recogen la necesidad de reducir a la mitad el desperdicio alimentario per cápita entre los consumidores y la distribución antes de 2030, y de disminuir las pérdidas a lo largo de toda la cadena alimentaria.
- La Comisión Europea pretende establecer objetivos obligatorios de recorte de desperdicio de alimentos en la UE para finales de 2023, dentro del proceso de revisión de la directiva marco sobre residuos de 2018, así como actualizar las normas que fijan la fecha de caducidad o el periodo preferente para el consumo de los productos.
- La propuesta de la Comisión deberá ser negociada con el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo, que integran los gobiernos de los 27 países de la UE. El consenso dará lugar a la adopción de una nueva legislación que cada país deberá incorporar a sus leyes.
Mayor cooperación contra el desperdicio alimentario
- Entre los aspectos que se deben mejorar se han identificado la necesidad de una mayor cooperación entre organizaciones públicas y privadas; el cambio de hábitos de consumidores y empresas; el mantenimiento de la seguridad alimentaria en los productos perecederos y la reducción simultánea de los plásticos de un solo uso al tiempo que se combate el desperdicio.
- Entre 2021 y 2022, en el marco de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, se crearon paneles ciudadanos que hicieron propuestas en una serie de asuntos. En una nueva tanda de grupos, unos 150 ciudadanos anónimos procedentes de todos los países de la UE debaten estos días en Bruselas sobre el desperdicio alimentario, a través de un mecanismo de consulta que busca influir en las políticas europeas con recomendaciones.
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