La primera vez que se usó el término de “Biodiversidad” fue en 1986, durante el National Forum of BioDiversity convocado por el investigador Walter G. Rosen. Gradualmente, la palabra comenzó a ser usada para referirse a la variedad de seres vivos en la Tierra, así como a los ecosistemas que habitan y a la diversidad genética entre cada especie.
Por más que parezca sólo un tema ambiental, la realidad es que, la preservación de la biodiversidad es un asunto fundamental para la vida.
Su conservación también le atañe a la industria alimentaria, que podría colapsar en tiempo récord considerando que las especies que escapan a la extinción se vuelven más susceptibles a plagas y enfermedades al no tener intercambio genético que las proteja del cambio climático.
Sin biodiversidad el futuro es incierto
En 2019, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dio a conocer un informe en el que se evidenció la sobreexplotación de algunas plantas y animales que han servido de base para la industria alimenticia.
Algunos de los principales factores que atentan contra la biodiversidad son:
- El cambio climático
- El crecimiento demográfico y la urbanización
- El uso desmedido de la tierra, así como de las fuentes de agua y la sobrepesca
- La contaminación en todas sus aplicaciones
Todos estos factores desencadenan la reducción del número de especies y por lo tanto, también se genera una pérdida de ecosistemas al no contar con suficiente variedad genética para mantenerlos en equilibrio.
La urgencia de migrar a industrias sustentables
En el informe entregado por la FAO, se realizaron estudios en 91 países y los resultados arrojaron que sólo 15 plantas proveen a la humanidad del 90% de la energía necesaria para cumplir con sus actividades diarias.
A manera de reflexión, de las 6 mil especies de plantas que pueden emplearse con fines alimenticios, menos de 200 aportan un volumen significativo para cubrir las necesidades de la ingesta mundial. Y peor aún, sólo nueve de ellas representan al 66% de la industria agrícola.
Aún más alarmante es saber que de las 7745 razas de ganado que existen en el mundo, el 26% de ellas ya se encuentra en peligro de extinción debido a la explotación que se les ha dado en la cadena alimenticia.
Sólo 40 especies animales se han empleado de forma regular para proveer fuentes de proteína y lácteos, lo que ha inclinado la balanza en su contra.
Quizá te interese: Agricultura de conservación evita la pérdida de suelo alrededor del mundo
La biodiversidad está en riesgo y ningún ecosistema está a salvo
René Castro, quien fuera subdirector general de la FAO hasta 2021, reveló en 2019 que Latinoamérica y el Caribe, Asia y África son las regiones más afectadas por la disminución de especies que se consideran alimentos silvestres.
Esto señala la falta de reacción en actividades como la agricultura, pesca, ganadería y el uso forestal para transformarse en industrias sustentables con menor impacto en la biodiversidad del planeta.
Aunque la transformación ha sido lenta, de los 91 países contemplados en el informe, se rescata que 80% de ellos ha comenzado a implementar prácticas de agricultura orgánica y sostenibilidad de suelos y bosques.
En este contexto, es donde toma relevancia la conservación de especies clave como las abejas , pues ya son reconocidas como pilares en la polinización y para fortalecer el sistema alimentario sostenible, al igual que los murciélagos.
A pesar de ello, la cobertura y la protección que ofrecen estas iniciativas no alcanza a cubrir las necesidades de un mundo insaciable, donde además se cuenta con la problemática del desperdicio de alimentos, cuyo costo anual se mostró por encima de los 400 millones de dólares en 2021, según datos de Mario Lubetkin, actual Subdirector General de la FAO.
Cuando se comparten recursos y conocimientos, se acelera la innovación. Esto nos permitirá pensar a lo grande y también facilitará la adopción de medidas concretas, con la finalidad de contribuir con la conservación de la biodiversidad, puesto que las granjas familiares simbolizan el 90% de las explotaciones agropecuarias del mundo”, afirma QU Dongyu, Director General de la FAO.
En el marco del Día Internacional de la Biodiversidad Biológica, celebrado cada 22 de mayo desde 2007, el tema se convierte en una oportunidad para que las empresas reconozcan su papel activo en la protección de la biodiversidad y su responsabilidad para ofrecer productos que se obtengan de forma sostenible.
De acuerdo con la ONU, el lema para este 2022 es "Construir un futuro compartido para toda la vida en la Tierra", el cual busca promover la idea de que la biodiversidad (en donde los ecosistemas y la naturaleza aportan soluciones al clima, los problemas de salud o la seguridad alimentaria o hídrica) es la base sobre la cual se puede construir mejor.
No está de más recordar que para contar con alimentos sanos, se requiere un entorno saludable con suelos fértiles, uso eficiente de agua y gestión sustentable en beneficio de las generaciones futuras.
No dejes de ver: Enfatizar en un cambio de hábitos de consumo para evitar el desperdicio alimentario