Santiago de Chile, (EFE).- La oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe llamó este miércoles a adoptar medidas de bioseguridad en los sistemas productivos para evitar la propagación de enfermedades entre animales y, a la vez, apoyar a los pequeños productores, ante la creciente demanda mundial de proteínas.
“El aumento y la intensificación de la producción han transformado la manera en que se crían y manejan los animales, presentando desafíos sanitarios como la aparición de enfermedades endémicas (reaparición) y exóticas", explicó el oficial de Ganadería Sostenible, Sanidad Animal y Biodiversidad de la FAO para la región, Andrés González, en el webinar 'Prevenir es mejor que curar: Fortaleciendo la Bioseguridad en la Ganadería y la Acuicultura en América Latina y el Caribe'.
Los recientes brotes de enfermedades como la influenza aviar, altamente patógena, y su impacto en la industria avícola del continente americano (no solo en aves productivas como pollos, patos o pavos, sino que también en aves silvestres y migratorias, mamíferos marinos y seres humanos) han planteado una amenaza considerable para comunidades vulnerables, advirtió el organismo.
La mutación de virus
La rápida mutación de algunos virus ha mostrado el riesgo potencial que estas enfermedades tienen, por una alta transmisibilidad intraespecie, pero además que tengan la opción de afectar a otras, señalaron desde la FAO.
Ese riesgo obliga a que los gobiernos pongan especial énfasis en mejorar medidas de bioseguridad para proteger la diseminación de patógenos emergentes, con el riesgo de enfrentar nuevas epidemias.
En ese contexto, la implementación de medidas para disminuir los riesgos sanitarios acuícolas y ganaderos deben ser consideradas "a lo largo de toda la cadena de valor de los países, las empresas y los centros de producción", así como en las prácticas de los productores, recomendó el ente.
La bioseguridad “es crucial”
Para ello, en el evento se presentaron distintas alternativas como la vacunación, la vigilancia de enfermedades, el material genético seguro, el uso responsable y prudente de antimicrobianos, el manejo de residuos, la capacitación y planes de preparación ante emergencias, entre otras.
“La bioseguridad, además de proteger la salud animal, es crucial para la seguridad alimentaria y nutricional, y la salud pública. En ese sentido, la colaboración público-privada, el desarrollo científico, la innovación y la tecnología son esenciales para garantizar la salud de animales y personas, salvaguardando a su vez el medioambiente y la biodiversidad”, puntualizó el oficial de Pesca y Acuicultura de la FAO para América Latina y el Caribe, José Aguilar Manjarrez.
El encuentro también contó con la exposición de la directora de Bioseguridad, Programas de reproductores e investigación y Desarrollo NAQUA (Arabia Saudita), Victoria Alday; la oficial de Acuicultura y experta en bioseguridad a nivel Internacional FAO (Roma), Melba Reantaso; el coordinador para la prevención y control de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), Leopoldo del Barrio; la especialista en gestión de riesgos FAO, Melissa McLaws; y el especialista en Sanidad Animal FAO, Alejandro Rivera.
En un mundo en que la población crece año tras año, con una crisis ambiental que se intensifica, con menos agua, suelos degradados, y la pérdida de la biodiversidad, se deberá hacer esfuerzos mayores para producir alimentos de forma más eficiente y con menos recursos, como apunta la FA, con la que EFE mantiene un acuerdo de difusión de contenidos, y que calcula que en 2050 habrá que alimentar a 9.000 millones de personas.
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