Kellogg Company y Symrise trabajan en un proyecto conjunto de tres años en Madagascar, cuyo propósito es obtener de forma responsable el 100% de la vainilla de la compañía de cereales para 2020. El programa impulsa el impacto directamente en la fuente del cultivo de vainilla a través de una cadena de suministro integrada.
Al respecto, Yannick Leen, director de competencia global de Symrise, expresa: “La asociación destaca el valor de nuestra presencia activa y colaborativa durante todo el año en esta región. A su vez, garantiza vainilla de la más alta calidad, aporta certeza y crea valor compartido para los agricultores, además de garantizar la sostenibilidad del suministro ”.
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En 2019, Kellogg se unió a los socios del sector privado "Symrise and Friends" y trabajan juntos para ofrecer beneficios sinérgicos para las comunidades de cultivo de vainilla y el entorno biodiverso en el que viven. Además, Kellogg aporta al proyecto una amplia experiencia en agricultura climáticamente inteligente. La asociación se está ampliando para lograr un mayor impacto con los otros socios del programa, incluidos Unilever, GIZ y Save the Children.
Por su parte, Amy Senter, directora de sostenibilidad de Kellogg Company, asegura que "agricultores como los de Madagascar no solo están cultivando vainilla para personas de todo el mundo, están cultivando suelos saludables, ecosistemas diversos y comunidades sólidas. Y en Kellogg, queremos ayudarlos a hacer aún más ".
La vainilla de Madagascar
A pesar de su popularidad, la producción de la vainilla es bastante escasa y se concentra esencialmente en un solo país: el exportador principal, Madagascar, es responsable de cerca del 80% del mercado mundial.
En los últimos año, la demanda de vainilla aumentó, tanto por el creciente interés de los consumidores en su sabor, como por el rechazo de varios de los grandes productores de alimentos de usar un sustituto artificial más barato como la vainillina.
Amy Senter, enfatiza que para obtener ingredientes de manera responsable significa marcar la diferencia desde el principio. "Es por eso que estamos trabajando en estrecha colaboración con los agricultores que los cultivan". El fuerte compromiso con las comunidades de cultivo de vainilla de Ankavanana, Madagascar, permite a los agricultores y sus familias trabajar juntos hacia objetivos comunes.