Cada 27 de junio se celebra el Día Mundial de la Piña, una fruta tropical que se dice que es originaria de América. Aunque algunos investigadores no descartan que el ananá comosus (nombre científico de la piña) se haya originado en el continente africano.
La planta de la piña se logra multiplicar con facilidad en climas favorables, crece naturalmente en los terrenos más calientes del África y se transportó a América. Ahí se naturalizó y esparció por todo el continente, dando la impresión que la fruta es propia de los países en donde crece.
El impacto de la piña en las diferentes culturas, por su sabor y textura, es la razón por la cual en la actualidad también se encuentra en diferentes presentaciones y platillos alrededor del mundo. De esta fruta nace el famoso cóctel piña colada, una bebida que se prepara con tres ingredientes básicos: ron blanco, crema de coco y jugo de piña.
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Los beneficios de la piña
La piña sólo madura satisfactoriamente en la planta. Su contenido en azúcar y en principios activos se duplica en las últimas semanas de maduración, por lo que los frutos recolectados prematuramente resultan ácidos y pobres en nutrientes.
Si ha sido bien madurada, contiene alrededor del 11% de hidratos de carbono. La piña es fuente de vitamina C y yodo, que contribuye al metabolismo energético normal y a la producción de hormonas tiroideas.
Entre los componentes no nutritivos de este fruto, destacan los ácidos orgánicos, cítrico y málico, responsables de su sabor ácido. Contiene bromelina o bromelaína, enzima o fermento de acción proteolítica, capaz de romper las moléculas de proteína dejando libres los aminoácidos que las forman.
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