París (EFE) - El plan para arrancar un 9 % de los viñedos de Burdeos inició sus pasos con la firma del acuerdo por parte del ministro francés de Agricultura, Marc Freneau, y de distintos representantes profesionales y regionales.
El proyecto prevé arrancar 9 mil 500 hectáreas de viñas de la denominación de origen de Burdeos, casi un 9 % de las 110 mil incluidas en esa denominación de origen, ante la crisis generada por el descenso de las ventas y al aumento de la producción.
El plan incluye ayudas de 6 mil euros por cada hectárea de viñedo arrancada, con un presupuesto de 57 millones de euros que serán aportados por el Gobierno (38 millones), el Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos (CIVB) y la región de Nueva Aquitania.
El arranque se centrará en las viñas abandonadas por falta de rentabilidad o las que estén en riesgo de quedar en esa situación, ante la dificultad de sus propietarios de afrontar, "material y económicamente, el trabajo en sus viñedos", detalló el Ministerio de Agricultura en un comunicado.
"El objetivo es poder comenzar a aplicar el plan desde el final de la vendimia, en el mes de octubre", indicó Freneau en unas declaraciones a la red de emisores regionales France Bleu.
El ministro recordó que los arranques previstos ahora son considerados "sanitarios", ya que buscan evitar la expansión de enfermedades, como la flavescencia dorada.
Si las viñas se abandonan sin control, "el conjunto del viñedo de Burdeos quedaría expuesto a una situación fitosanitaria incontrolable", recalcó el comunicado del Ministerio.
Viñas con alto potencial
Sin embargo, los viticultores consideran que actualmente cerca de 40 mil hectáreas de Burdeos se cultivan con pérdidas. Aunque el ministro advirtió de que es muy pronto para pensar en que futuros arranques puedan alcanzar esa cifra.
"No se puede presagiar nada, pero hay que preservar el potencial vitivinícola bordelés", aseguró, antes de recalcar que "no se arranca por placer".
El presidente del Comité Nacional Interprofesional del Vino (CNIV), Bernard Farges, reconoció a France Info que "era urgente reducir una parte de la superficie del viñedo". Y recordó que en los últimos años se ha producido "un descenso muy fuerte del consumo de vino tinto en Francia", del orden del 30 %.
A ello se ha sumado un frenazo a la exportación, inicialmente como consecuencia de la pandemia de 2020/21, que aún no ha podido recuperarse plenamente. Así como el descenso de las ventas a China debido a acuerdos comerciales de ese país que favorecen a otros países proveedores.
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