A continuación les presentamos un avance de la Conferencia Magistral Gratuita que John Floros, Director del K-State Research & Extension de la Universidad Estatal de Kansas, que brindará en el marco del FTS & Expo México 2013. Será el 25 de septiembre de 19 a 20 hrs., en el Centro Banamex.
El sistema alimentario del Futuro
En los últimos años, nuestro sistema alimentario moderno ha sido objeto de duras críticas por parte de personas que carecen de los conocimientos científicos y técnicos o de la perspectiva histórica que se requiere para comprender su complejidad.
Numerosos artículos difundidos por la prensa popular y en libros, películas, series televisivas y blogs en Internet utilizan argumentos convincentes, con algunas verdades –que a veces inducen a confusión– para brindar asesoramiento. En su mayoría, culpan a la ciencia y a la tecnología, a la “agricultura industrial” y al “sistema alimentario industrial” de muchos de los problemas que aquejan a la sociedad actual.
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Por otra parte, los anticipados aumentos de la población humana, sumados a una mayor urbanización y a cambiantes patrones de consumo, señalan que los niveles actuales de producción de alimentos deben incrementarse de manera sustancial y los métodos de procesamiento ser mejorados significativamente en las próximas décadas.
Además, nuestro sistema alimentario enfrenta otros grandes desafíos, entre ellos, la pérdida y desperdicio de alimentos, los cambios ambientales, la erosión del suelo, la escasez de agua, la disponibilidad de fuentes de energía, la prolongación de la expectativa de vida de los seres humanos, el envejecimiento de la población mundial, las preocupaciones en torno a la seguridad de los alimentos y las amenazas generadas por el terrorismo.
Ante los enormes desafíos que enfrenta hoy la humanidad y las severas críticas que ha suscitado nuestro moderno sistema alimentario, queda pendiente la respuesta al siguiente interrogante: ¿seremos capaces de alimentar a 9 mil millones de personas en las próximas décadas o a 11 mil millones de personas hacia el fin de siglo?
Para alimentar a toda esta gente que habita la Tierra durante los siguientes 50 años, tendremos que producir tantos alimentos como los que hemos producido a lo largo de toda nuestra historia. Necesitaremos otra “revolución verde” mucho más profunda que la última. ¿Nos será posible desarrollar un sistema alimentario sustentable en función de los conocimientos con los que contamos hoy? Una breve perspectiva histórica podría dar respuesta a esta pregunta, para vislumbrar con claridad lo que depara el futuro.
Hace casi 2 millones de años, la humanidad dio un salto hacia adelante cuando un distante ancestro descubrió la cocción, forma originaria del procesamiento de alimentos. Más tarde, todavía en épocas prehistóricas, la cocción fue complementada por la fermentación, la preservación con sal y otros métodos primitivos de procesamiento de alimentos, que permitieron la formación y supervivencia de grupos y comunidades.
El estudio de las civilizaciones antiguas demuestra con claridad que a través de la historia los seres humanos superaron el hambre y las enfermedades no solo cosechando alimentos de tierras cultivadas, sino procesándolos mediante métodos sofisticados.
Los importantes avances en la preservación de alimentos se aceleraron con el desarrollo del enlatado, método que derivó de las investigaciones de Nicolas Appert en Francia y de las posteriores actividades conducidas por Peter Durand en Inglaterra a comienzos del siglo XIX.
Ello condujo a profundizar el énfasis científico en la cantidad y calidad de los alimentos y a la creación de la ciencia y la tecnología de los alimentos de la actualidad. Ningún período ha sido testigo de avances más rápidos en materia de procesamiento de los alimentos que el siglo XX. La ciencia y la tecnología de la alimentación han extendido, expandido y refinado los métodos tradicionales y han incorporado novedosas técnicas.
A lo largo de la historia de la humanidad, el conocimiento autóctono y las aplicaciones de la ciencia y la tecnología al sistema alimentario han permitido producir alimentos en cantidades adecuadas para satisfacer las necesidades básicas de una sociedad en proceso de evolución.
Actualmente, nuestro sistema alimentario es complejo y nuestros alimentos son, en su mayoría, seguros, sabrosos, nutritivos, abundantes, diversos, convenientes, menos costosos y más accesibles que en el pasado.
Los adelantos científicos y tecnológicos deben acelerarse y aplicarse por igual en los países desarrollados y en los que todavía se encuentran en vías de desarrollo si nuestro objetivo es alimentar a una creciente población mundial y abordar al mismo tiempo la solución para los persistentes problemas de nuestros tiempos.
Hace más de 50 años, en su intento por eludir críticas a los agricultores y ganaderos de ese entonces, Dwight Eisenhower, trigésimo cuarto Presidente de los Estados Unidos, dijo: “La agricultura se ve muy fácil cuando el arado es un lápiz y estás a miles de kilómetros del campo de maíz”.
Hoy, esta cita suena tan veraz como siempre y no es difícil sostener que la agricultura, independientemente de que sea tradicional o moderna, sustentable u orgánica y desarrollada a pequeña o a gran escala, requerirá más ciencia y tecnología, no menos. Y los alimentos para los seres humanos, sean de rápida o lenta producción, locales o globales, naturales, frescos o procesados, industrializados o no, requerirán más ciencia y tecnología de la alimentación, no menos.