San José (EFE) - El director general del IICA, Manuel Otero, resaltó este jueves el potencial de la bioeconomía para el desarrollo de América Latina y el Caribe como la mayor región exportadora de agroalimentos del mundo y con grandes recursos naturales.
“La bioeconomía es un modelo de desarrollo que construye puentes entre la producción y el ambiente. Tiene que servir para generar crecimiento económico y social. Hoy los mercados de bioproductos crecen mucho más rápido que los de productos tradicionales. Nuestras zonas rurales son grandes cuencas productoras de biomasa y estamos ante una oportunidad fenomenal”, declaró Otero.
El IICA informó que Otero participó en el Congreso de la organización Maizar, que se realizó en Buenos Aires, donde productores, investigadores y distintos actores de la cadena de valor agroalimentaria, analizaron la bioeconomía, que consiste en la utilización de la biomasa como insumo para crear múltiples productos.
“Si queremos pensar con sentido de futuro y retomar un crecimiento que genere progreso y empleo la solución es la bioeconomía y tenemos que seguir apostando a ella”, señaló Otero.
El director general del IICA también apuntó que resulta imprescindible fortalecer los sistemas nacionales y subregionales de ciencia, tecnología e innovación.
Bioeconomía, un potencial para el desarrollo
Otero explicó que los países de la región están en diferentes momentos de evolución en relación a la institucionalidad de la bioeconomía, pues hay países en fases de regulación, de implementación o de diseño de estrategias.
"Nadie está siguiendo un mismo camino, pero hay una toma de conciencia de la importancia de la bioeconomía y ya contamos con importantes desarrollos propios en América Latina y el Caribe que dan cuenta de nuestro potencial”, manifestó Otero.
Según el comunicado del IICA, el presidente de Maizar, Pedro Vigneau, comentó que “hoy el mundo exige cada vez más productos que cuiden al planeta, por lo que hay una oportunidad inmensa en la bioeconomía", ante lo que "tenemos que convencer de esto a los decisores políticos y salir a contárselo al mundo”.
Durante el congreso se abordaron la situación y el potencial de la bioeconomía maicera y del sorgo; políticas de Estado, apertura de mercados, la tecnología de semillas, los bioinsumos y la agricultura inteligente; qué papel juega la sustentabilidad y cómo puede aprovecharse la baja huella ambiental del maíz y el sorgo de esta parte del mundo, detalló el IICA.
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