Bakú (EFE).- El director del Instituto Interamericano para la Cooperación de la Agricultura (IICA), Manuel Otero, reivindicó en la COP29 de Bakú la agricultura como parte de la solución climática y como “instrumento de paz en tiempos de convulsiones y conflictos”.
Así lo aseveró el argentino, veterinario de profesión, en un encuentro celebrado en la cumbre del clima que hasta el 22 de noviembre acoge la capital azerí (COP29), en la que cerca de 200 países negocian la manera de garantizar financiamiento suficiente para costear la transición que exige hacer frente al cambio climático, así como la adaptación a sus impactos.
Otero explicó que la institución que dirige desembarcó en la COP29 para trasladar tres premisas: que los agricultores tienen que ser protagonistas en la discusión sobre el futuro de los modos de producción, que la ciencia y la innovación deben ser la base de las decisiones que se tomen y que la agricultura debe ser considerada parte de la solución de los desafíos climáticos.
Recordó por otra parte que “la agricultura es un instrumento de paz en tiempos de convulsiones y conflictos en buena parte del mundo”.
En el encuentro participó asimismo Michael Kremer, Nobel de Economía 2019 y Embajador de Buena Voluntad del IICA, quien habló del “enorme” potencial de la innovación para mejorar la situación de los pequeños agricultores.
“En mi trabajo he revisado una cantidad de evidencia acerca de cómo herramientas tecnológicas muy básicas y muy simples han aumentado la productividad de los agricultores y cambiado la vida de habitantes de las comunidades rurales en distintas partes del mundo”, aseguró.
Kremer sostuvo que, a un costo muy bajo, la digitalización puede ayudar a pequeños productores a acceder información, a compartir conocimientos y a mejorar su acceso a mercados.
“En Ecuador, por ejemplo, la difusión de mensajes de texto sirvió para que los productores de papa fueran mucho más eficientes en el manejo de pestes y enfermedades. En Colombia, los teléfonos inteligentes han servido para hacer llegar información muy precisa sobre las condiciones meteorológicas que han cambiado las prácticas de los productores”, añadió.
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Hacia una agricultura sostenible
El ministro de Desarrollo Agrario de Brasil, Paulo Teixeira, también participó en el encuentro, y destacó la necesidad de garantizar financiamiento para prácticas agrícolas sostenibles.
Teixeira hizo hincapié en el principio de responsabilidad diferenciada recogido en el Acuerdo de París, que establece que las naciones más enriquecidas deben asumir una mayor responsabilidad, pues también son los mayores responsables del calentamiento global.
Esto pasa porque esas economías industrializadas incrementen de manera significativa sus contribuciones financieras para apoyar la acción climática a nivel mundial.
El ministro subrayó la vulnerabilidad climática de la agricultura familiar, pues “estos agricultores están en condiciones de contribuir decisivamente a las soluciones climáticas mediante prácticas sostenibles y esfuerzos para aumentar la resiliencia”, y manifestó que hay que aumentar también la financiación de la adaptación.
Existen dos ministerios de agricultura en Brasil, aclaró Teixeira, uno que se ocupa de la agricultura y la pesca a gran escala, y otro, el suyo, que se centra en los pequeños agricultores, a quienes apoya mediante iniciativas financieras como Pronaf, un programa de crédito, así como políticas de agroforestería y otras de desarrollo rural.
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