El Día del Cheesecake se celebra cada 30 de julio en torno a este pastel de textura cremosa que en ocasiones también es llamado “Tarta de queso”.
La historia de dicho manjar se remonta a la Antigua Grecia, particularmente en la isla de Samos y el año 776 a.C.
Se dice que, en sus inicios se usaba para nutrir a los atletas que participaban en los juegos olímpicos, pues ofrece una carga proteica importante gracias al queso con el que se elabora.
La primera aparición del Cheesecake en algún libro que respalde su antigüedad fue en “De Agricultura” de Marcus Porcius Cato.
Se estima que dicho ensayo se escribió alrededor del año 160 a.C. e incluía una receta del Cheesecake hecho con dos libras de queso y una de harina de trigo.
Posteriormente, tuvo otra aparición en la literatura antigua, cuando Ateneo narró su elaboración con queso triturado en cacerola de cobre, al que acompañaba con miel y harina.
Más adelante, la receta comenzó a difundirse en Roma, después llegó al resto de Europa y finalmente se conoció en mundo entero tal y como lo vemos ahora en el s. XVIII.
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La versión neoyorkina del Cheesecake
Curiosamente, la fascinación que causa el Cheesecake derivó en la formulación de un tipo de queso. Con él se pretendía obtener la misma consistencia de algunos quesos franceses.
En este intento por conseguir una consistencia suave y cremosa en Estados Unidos, surgió el queso crema o tipo Philadelphia.
En 1928, la compañía Kraft compró la fábrica donde surgió esta receta y desde entonces, se promueve con el mismo orgullo al producto base del Cheesecake que a la tarta en sí misma, especialmente en Nueva York.
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Las variaciones que el Cheesecake tiene en el mundo
Con el tiempo, distintos países desarrollaron su propia receta de la tarta de queso, adaptada a los ingredientes locales y las tradiciones de la región, así como a distintos métodos de preparación:
- México: La versión más popular se hace con queso crema o manchego en combinación con huevo, leche, harina y ralladura de limón. Se consume frío y ocasionalmente se coloca sobre una base de galleta.
- Alemania: Usan queso cottage y masa recién preparada para usarla como base.
- Canadá: Lo preparan con crema y miel de maple, lo dejan enfriar y para comerlo, tienden a cortarlo en rectángulos en lugar de las clásicas rebanadas triangulares.
- Colombia: Usan distintos tipos de quesos y lo decoran con fresas. Todo va sobre una base de galletas molidas.
- Estados Unidos: Combinan huevos y leche con harina y queso crema sobre una base de galleta. El Cheesecake está listo hasta después de unas horas en las que se enfría.
Aun así, no dejaron de haber variaciones correspondientes al estado y país. En Chicago cambiaron el queso crema por crema agria y en St. Louis agregaron una capa extra de otro relleno. - Grecia: Usan queso feta o Mizithra; o bien, requesón o cottage para seguir la receta más antigua de este postre. Se añade miel, yogurt, huevo y harina y requiere pasar por el horno.
- Italia: Se elabora con quesos ricota y mascarpone, con un toque de miel.
- Japón: Combinan queso crema con claras de huevo, leche y almidón de maíz para darle una textura más suave y menos cremosa. Se hornea.
- País Vasco: Usan queso de oveja para su elaboración, huevo y poca harina. Al hornearlo, buscan que quede cremoso al interior y flameado al exterior.
- Polonia: Aunque en lugar de llamarlo Cheesecake le nombran Sernik, es la misma preparación que las demás. Lo preparan con ricota, requesón, queso quark, azúcar y ocasionalmente agregan huevo, nata, harina, frutas o nueces.
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