El vino Malbec celebra su día mundial cada 17 de abril, fecha que conmemora cuando el presidente Domingo Faustino Sarmiento inició una revolución en la industria vitivinícola de Argentina e introdujo diversas variedades de uvas, incluyendo la tradicional Malbec, que comenzó a ser importada desde Francia en 1853.
De acuerdo con el Ministerio de Cultura de Argentina, la uva Malbec tiene su origen en Francia; sin embargo, Sarmiento la trajo al país latinoamericano porque el clima en el país europeo no es tan cálido, por lo que las uvas y las pieles no llegan a madurar tanto y daban como resultado un vino ácido, tánico, astringente.
Desde entonces, la uva Malbec se adaptó al suelo y al clima argentino, y se convirtió en la uva más plantada. Si bien la Torrontés es la única uva nativa, la Malbec se distribuyó en todo el país, obteniendo excelentes resultados en todas las regiones. Actualmente, hay unas 43 mil hectáreas con esa variedad, constituyéndose en la cepa más representativa del país.
Características del vino Malbec
Algunas de las propiedades más destacadas del Malbec son:
- Color: Generalmente tiene un color rojo oscuro y profundo, a menudo con tonos violáceos en su juventud y evolucionando hacia tonos rubí con el envejecimiento.
- Aroma: Los vinos Malbec suelen tener aromas intensos y complejos que pueden incluir notas de frutas negras como ciruelas, moras y cerezas, así como especias como pimienta negra y clavo de olor.
- Sabor: En boca típicamente es suave y redondo, con taninos moderados que proporcionan estructura, pero no abruman. Puede tener sabores frutados intensos, a menudo acompañados de notas de chocolate, vainilla y tabaco, dependiendo del proceso de crianza.
- Cuerpo: Tiene un cuerpo medio a completo, lo que significa que deja una sensación en boca intensa y presenta una textura suave y aterciopelada.
- Acidez: Aunque la acidez puede variar según el origen y el estilo del vino, el Malbec suele tener una acidez moderada que equilibra su riqueza frutal y contribuye a su frescura y longevidad.