Un estudio analizó platos preparados de una línea de producción y encontró que los impactos ambientales eran más bajos que la comida hecha en casa.
Un estudio, publicado en el Journal of Cleaner Production, analizó los platos preparados de la línea de producción "a su casa" y encontró que los impactos ambientales como la eutrofización, el smog fotoquímico y agotamiento de la capa de ozono eran hasta tres veces más bajos que los de la comida hecha en casa.
De las versiones de comidas preparadas, los investigadores del Reino Unido dijeron que la peor opción respecto de la mayoría de los impactos analizados, fue la comida congelada preparada con ingredientes congelados que se calentaba en un horno eléctrico. La mejor comida lista para llevar era la congelada preparada con ingredientes frescos y calentada por los consumidores en el hogar en un microondas.
Agregaron que la investigación tuvo como objetivo formular recomendaciones a los productores, a los minoristas y a los consumidores por igual. Los investigadores dijeron que los "principales puntos de interés" para ambos tipos de comida eran los ingredientes, los residuos y el método para cocinar en casa. Se dijo que el tipo de refrigerante utilizado en la cadena de suministro, influenció en cosas como el calentamiento global y el agotamiento de la capa de ozono, mientras que el envasado juega un papel importante en temas como el calentamiento global, el agotamiento de los combustibles fósiles y su toxicidad humana.
Mientras tanto, escribieron: "El uso de orgánicos en lugar de ingredientes convencionales conduce a mayores impactos. Abastecerse de pollo y tomate procedentes de Brasil y España, respectivamente, reduce los impactos ambientales de las comidas en comparación con el abastecimiento desde el Reino Unido, a pesar del transporte de larga distancia".
Comparando la comida hecha en casa con ingredientes británicos a la comida lista preparada con pollo de Brasil, resultó que esta última fue una mejor opción tomando como referencia cinco impactos ecológicos. Los investigadores especularon que esto se debió a "impactos de la agricultura relacionados con los pollos británicos y brasileños". Los resultados indican que los impactos ambientales de la preparación de la comida en casa con ingredientes convencionalmente cultivados fueron menores que los de la comida ya preparada, en 10 de los 11 impactos considerados.
Sin embargo, el potencial 'eco-toxicidad marino' fue 7% superior para la comida lista a causa del aumento del consumo de electricidad en la preparación de la comida en casa, comparativamente. Los investigadores concluyeron que estos resultados demostraron que los productores, los minoristas y los consumidores podrían jugar un papel en la reducción de los impactos ambientales que tienen los alimentos tomando decisiones más informadas.
"En particular, los productores deberían considerar el abastecimiento de sus ingredientes, teniendo en cuenta el conocimiento y la información disponible en constante desarrollo, sobre los impactos ambientales del ciclo de vida de los diferentes ingredientes. Además, los productores y los minoristas deben trabajar en la reducción de la cantidad de envases y residuos en la cadena de suministro. Minimizando tiempo de refrigeración y el uso de refrigerantes de bajo impacto también daría lugar a mejoras ambientales", señalaron.