Para el consumidor permiten un ahorro de entre el 18% y el 42% respecto a la marca propia del fabricante.
La marca del distribuidor, popularmente conocida como marca blanca, gana terreno, y mucho. Un informe de la ETT Adecco revela que ha aumentado su presencia en los supermercados un 27,3% y que si en 1991 era el 7,7% del total de los productos, el año pasado alcanzó el 30%, según datos de la consultora Nielsen. Ya hay, de hecho, grandes superficies en las que se desarrollan cuotas de producción propias de hasta el 35%.
Ello ha tenido consecuencias directas en el empleo, según Adecco. Así, si el número de ocupados en el sector, unos 487.200 profesionales, bajó un 4% con respecto al año anterior, las empresas fabricantes de marcas blancas mantuvieron sus plantillas. Es más: en los primeros meses de 2009 han registrado un aumento de entre el 10 y el 15%. El incremento de las ventas ha traído como consecuencia que hayan necesitado personal extra. Eso sí, la rentabilidad se ha reducido, ya que venden más volumen pero con un margen de beneficios más bajo. Para el consumidor, sin embargo, estos productos permiten un ahorro de entre el 18% y el 42% respecto a la marca propia del fabricante.
Las marcas propias de las empresas son, precisamente, las grandes perjudicadas por esta situación. Según Alimarket, han reducido sus ventas en torno a un 4,1% y se prevé que puedan bajar al 10%. La principal razón es que las grandes cadenas de distribución están retirando de sus lineales una parte importante de esos productos, lo cual también está repercutiendo en el empleo, con reestructuraciones de plantilla, cierres y traslados a otros países. Por otro lado, la contratación de personal temporal de los fabricantes de primeras marcas descendió el año pasado, respecto a 2007, un 19,9%, lo que contrasta con la estabilización de la demanda de los productores de marca blanca y el repunte del 6% en los primeros meses de este año.