El interés por las algas ha aumentado considerablemente en los últimos años, particularmente su incorporación en alimentos y bebidas.Los datos hablan por sí solos. Según MINTEL, el crecimiento del uso de algas en alimentación y bebidas ha crecido en un 147% en el periodo comprendido entre 2011 y 2015. De hecho, la consultora considera que el lanzamiento de alimentos y bebidas con algas es una de las tendencias más destacadas en Europa.
Por su parte, un reciente informe de Transparency Market Research, coincide en esta visión y resalta como el mercado mundial de algas se está desarrollando a un ritmo gradual en todo el mundo. Este informe prevé que el mercado se expanda a una tasa media anual de 5,32% entre 2016 y 2024. Otros estudios van más lejos y sitúan el crecimiento anual en más del 9%.
Si la innovación en nuevos ingredientes para alimentación es una constante en los últimos años, las algas incorporadas como valor añadido para alimentos y bebidas ganan enteros, con una presencia en el mercado que va proporcional al desarrollo de técnicas de producción, procesamiento y extracción cada día más eficientes y sostenibles.
Los consumidores occidentales empiezan a apreciar el valor nutritivo de las algas. Éstas comienzan a cobrar importancia, en algunos casos, como superalimento. Así, los productos con algas marinas han entrado en los mercados occidentales y podrían adquirir gran potencial como aperitivos saludables.
También este interés creciente responde a la necesidad de fuentes alternativas de proteínas, vitaminas y otros principios activos, así como a un cambio de tendencia en los hábitos y gustos de determinados segmentos de población occidentales, principalmente europeos, donde hay un creciente interés por lo asiático que también se percibe en la alimentación.
Las algas marinas cobran fuerza como fuente potencial de compuestos bioactivos, proteínas benéficas, antioxidantes, fibra dietética, ácidos grasos poliinsaturados, minerales y vitaminas, como B12, C, riboflavina, niacina y ácido fólico. Además, son un alimento bajo en calorías. Las algas, como alimento completo, pueden proporcionar antioxidantes específicos, polifenoles y polisacáridos beneficiosos para la diabetes, el control del peso y la salud cardiovascular.
Según un estudio publicado en la revista Phycologia de la International Phycological Society, la adición de algas a los alimentos procesados, como pizzas congeladas, podría reducir las enfermedades cardiovasculares (ECV), debido a que su contenido en sales no producen hipertensión arterial como ocurre con las sales de sodio de los alimentos procesados.
Por otro lado, en productos cárnicos, se identifica que las algas pueden aumentar la fibra dietética y los antioxidantes y podría ayudar a bajar los niveles de colesterol. Son también un sustitutivo de la sal en los alimentos. Su incorporación se prevé principalmente en categorías como aperitivos, salsas y condimentos, panadería y sopas.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el año 2050 la población habrá aumentado más del 30%. Este incremento de población supondrá una necesidad de más de 265 millones de toneladas de proteínas de carne para alimentar a la creciente población mundial.
Según Mintel, en 2014 el 26% de los alemanes, el 29% de los consumidores norteamericanos y el 40% de los chinos de 20-49 años de edad habían aumentado su consumo de proteínas procedentes de fuentes de origen no animal, en comparación con el año anterior. Paralelamente, la mayoría de los consumidores en el Reino Unido, EE.UU., Alemania y China manifiestan una actitud preferente al consumo de proteínas de origen vegetal.
Las algas cobran interés como fuentes alternativas de proteínas, pero además por su abundancia en vitaminas naturales y minerales. Esto, sumado a que los consumidores son cada vez más conscientes de su salud, hace que los ingredientes de origen vegetal vean incrementada su demanda.
Si bien en otros países europeos el desarrollo de productos y la innovación en la incorporación de algas como ingrediente de valor para alimentos y bebidas está más desarrollado, en España se empieza a tener ejemplos en este ámbito. Uno de los más recientes es la gama Innova de bollería del Grupo Dulcesol, asociado a AINIA, donde algunos de sus productos están enriquecidos con Chorella, alga rica en beta caroteno y con propiedades antioxidantes, así como un elevado contenido en proteínas vegetales de alto valor nutritivo, ácidos grasos omega 3 y vitaminas. Para lanzar este producto al mercado, la empresa pueso en marcha una planta de producción de Chlorella en sus instalaciones de Villalonga (Valencia), donde su cultivo se lleva a cabo de forma natural, sin emplear organismos genéticamente modificados.
Uno de los desafíos que tiene por delante el mercado de las algas para su crecimiento en el ámbito alimentario, es conseguir procesos de producción y extracción más sostenibles y competitivos. Avanzar en estas líneas de investigación y desarrollo tecnológico es esencial. Los nuevos modelos de biorrefinería pueden ser un marco para la mejora de la producción y los cultivos actuales. Pero también los avances en extracción de sus principios activos, microencapsulación y estudios de biodisponibilidad serán necesarios si se quiere una aplicación realista al ámbito alimentario.
Fuente: Ainia - Centro Tecnológico
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