El Food Design es viajar por el mundo de los ingredientes, los olores, las formas y los sabores, explorando nuevos horizontes y haciendo conexiones para crear productos de valor para las personas y las empresas.
En el Webinar ¿Cómo innovar en la era del Food Design?, Juana Mesa, Directora y socia estratégica de ImásD, señala que cuentan con una herramienta desde la perspectiva del diseño y la innovación, con la cual investigan, exploran y analizan casos de marcas, iniciativas, tecnologías y tendencias que aportan a la construcción del futuro de la industria de los alimentos.
Además, enfatiza que el Food Design que es una experiencia humana donde cada decisión que tomas habla de quién eres y de lo que quieres entregar al mundo. Cuando se cree en el verdadero poder que tienen los alimentos de cambiar vidas, hay una gran responsabilidad del proceso de diseñarlos.
Circularidad y Food Design
La circularidad se refiere cerrar el ciclo de vida de los productos, minimizando el desperdicio y maximizando el valor de los recursos. En el contexto de los alimentos, esto implica un enfoque holístico que abarca desde la producción agrícola hasta la gestión de residuos.
En lugar de seguir un modelo lineal de producción y consumo, donde los alimentos se cultivan, procesan, consumen y desechan, la circularidad busca crear sistemas donde los recursos se utilicen de manera eficiente y se reutilicen en la mayor medida posible.
El diseño de alimentos abarca una serie de enfoques orientados a promover la sostenibilidad en toda la cadena alimentaria.
Por ejemplo, la agricultura regenerativa, impulsa prácticas agrícolas que regeneren los recursos naturales, como la tierra y el agua, en lugar de agotarlos.
Se centra en la mejora de la salud del suelo, la captura de carbono y la conservación de la biodiversidad.
Por ello, adoptar enfoques circulares en el diseño de alimentos ofrece una serie de beneficios tanto para el medio ambiente como para la sociedad en su conjunto.
La reducción del desperdicio alimentario es tan solo una de las muchas ventajas que podría traer. Pues al diseñar sistemas que minimicen el desperdicio y aprovechen al máximo los recursos, se reduce la presión sobre los sistemas alimentarios y se conservan los recursos naturales.
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