El etiquetado inteligente está cambiando de forma importante el papel de la información en los alimentos. Ya no se trata solo de saber qué contiene un producto, sino de monitorizar su calidad en tiempo real, personalizar la experiencia del usuario y facilitar decisiones de compra conscientes.
En ese sentido, New Food revela las tendencias más importantes de etiquetado inteligente impulsadas por la necesidad de transparencia, sostenibilidad y seguridad, y que están transformando la relación entre producto y consumidor.
5 tendencias de etiquetado inteligente en packaging de alimentos
1. Microláseres comestibles: trazabilidad invisible desde el interior
Investigadores especializados en el campo de la fotónica y los biomateriales desarrollaron lo que representa una de las innovaciones más importantes en materia de autenticación alimentaria, los microláseres comestibles.
Se trata de estructuras microscópicas (del tamaño de una célula) que emiten luz cuando se estimulan con una fuente externa, como una luz láser específica.
Estos microláseres están elaborados con materiales biocompatibles y seguros para el consumo humano, como geles naturales o polímeros degradables.
Pueden integrarse dentro del propio alimento sin alterar su sabor, textura o aspecto. Además, actúan como una especie de firmas ópticas invisibles que se pueden leer con un lector especializado, lo que permite:
- Autenticar un producto en cualquier punto de la cadena (especialmente útil en suplementos, productos premium o exportación).
- Confirmar que el alimento no ha sido sustituido o falsificado.
- En fases de investigación, se está estudiando su capacidad para detectar cambios en pH o temperatura, lo que podría abrir la puerta a que funcionen también como sensores internos de frescura o deterioro.

2. Sensores biodegradables de frescura con base vegetal
Un equipo de investigadores creó un biosensor de frescura biodegradable y comestible a partir de residuos de remolacha y naranja sanguina. Dichos sensores se adhieren al envase y cambian de color según los compuestos volátiles que emite el alimento al degradarse.
Esto significa que el consumidor puede ver en tiempo real si el producto sigue siendo seguro para su consumo, más allá de la fecha de caducidad.
Soluciones de este tipo están ganando fuerza por su bajo costo, su facilidad de lectura visual y por proceder de fuentes naturales revalorizadas, alineándose con los principios de la economía circular.
3. Códigos QR inteligentes y dinámicos
En la última década, los códigos QR han sido adoptados masivamente, pero está surgiendo una nueva generación de códigos dinámicos que se actualizan en tiempo real.
Diversas empresas ya han comenzado a integrar sistemas de etiquetado con QR individualizados, lo que permite escanear información estática, y mostrar datos actualizados según el lote, la ubicación, o el estado del producto.
Esto permite:
- Acceder a videos o materiales formativos sobre el uso del producto.
- Consultar el origen exacto y el trayecto logístico.
- Mostrar alertas en caso de retirada de producto.
- Actualizar fechas de caducidad automáticamente en función del almacenamiento.

4. Etiquetas con sensores integrados
Una de las áreas más activas en I+D es la incorporación de sensores activos en las etiquetas, que reaccionan ante condiciones como temperatura, humedad, luz o gases.
Estas etiquetas inteligentes pueden identificar que:
- Un alimento refrigerado ha estado a temperatura ambiente demasiado tiempo.
- Un envase ha sido abierto o manipulado.
- Un producto comenzó a deteriorarse por presencia de gases como amoníaco o etileno.
Además, se están desarrollando versiones que pueden conectarse vía NFC o Bluetooth para enviar esta información directamente a sistemas logísticos o apps de control alimentario.
5. Realidad aumentada y experiencia de usuario personalizada
Más allá de la seguridad y la frescura, el etiquetado inteligente también está evolucionando hacia la interacción emocional y digital.
Las etiquetas con tecnología NFC, RFID o realidad aumentada (RA) permiten que el consumidor, al escanear el producto, acceda a:
- Historias del productor o del origen del alimento.
- Recetas personalizadas según sus preferencias.
- Recomendaciones de maridaje o usos.
- Juegos, sorteos o experiencias inmersivas ligadas al envase.
- Esto convierte a la etiqueta en una extensión de la marca y un canal de comunicación directa con el consumidor.
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